La aventura empieza tomando un buen desayuno o un sabroso caldo de gallina acompañado de un buen mate de coca, de esa manera tenemos fuerza para una larga caminata, en la primera ruta podrás disfrutar de la primera figura que es el cocodrilo, luego la oración de la osa, seguidamente del caracol además de la bruja y la tortuga y, para finalizar, la pintura de arte rupestre llamado la Cuchipinta.
Terminado la primera ruta regresas al albergue a descansar y almorzar tu rica trucha frita con su papa sancochada y su salsa criolla o un delicioso chicharrón de alpaca que ofrece el albergue de la familia Cristóbal Zevallos en donde su esposa se encarga de poner el sabor a las comidas preparando ella misma todos los platos, al estar allí te sientes como en casa. El señor Alcibiades, su esposa y su pequeño nieto Alvarito, futuro guiador del bosque de piedras, son personas muy hospitalarias, amables que con su sencillez y humildad, te brindan seguridad y confianza de estar allí.