Redactora : Rocio Leguia Quiñonez
La noche estuvo muy tenebrosa, tenía muchas emociones encontradas, pero yo solo quería atrapar muchos peces, descansamos en la lancha sujetando nuestros anzuelos, esperando que algún curioso pez muerda la carnada.
Y sí, llegó aquel momento épico cuando sentí que algo jalaba mi anzuelo, jalé con mucha fuerza la liga hacia la lancha y para mi sorpresa fue un pez muy grande, yo estaba muy emocionada.
Aquella noche no solo mordió uno si no muchos y nosotros, muy felices, regresamos.
Las mujeres nos esperaban en la comunidad. Aquella noche hicimos una fogata con todas las personas del pueblo y comimos nuestra pesca, fue algo sensacional comer algo que me costó tanto trabajo.
Me hubiera gustado quedarme por mucho tiempo más, pero las vacaciones ya se habían terminado me fui del lugar algo triste dejando a mis nuevos amigos y hermosas experiencias y con la promesa de volver muy pronto.