CBC 04 - El Trabajo Según Las Escrituras | Page 6

hasta que te haya eliminado. rim/Deuteronomio 28:45-48 Deva- Otro motivo por el cual alguien podía convertirse en un esclavo era por haber robado. Si un israelita era decla- rado culpable de hurto y no podía devolver el monto de lo robado según lo estipulaba la Ley, podía ser vendido como esclavo. PERO UNA VEZ QUE TRABAJARA LO SUFI- CIENTE PARA SALDAR LA DEUDA, RECOBRARÍA SU LI- BERTAD. Él (el ladrón) tiene que hacer restitución; si no tiene los medios, será vendido por su robo. Shemot/Éxodo 22:3 De manera que podemos ver que tener que venderse a cambio de un salario, estar enfermo y no prosperar en la vida son consecuencias de nuestras acciones en des- obediencia a los mandamientos de Yahweh. Un esclavo yisraelita no lo era eternamente (a menos que así lo deseara por su propia voluntad), sólo podía venderse como máximo hasta el siguiente jubileo (a cada 7 años), y entonces quedaba libre y recibía su salario. Los israelitas no podían pasar más de seis años como esclavos, había que liberarlos al séptimo año. Cuando adquieras un esclavo hebreo, te servirá seis años; al séptimo año se irá libre, sin pa- gar. Shemot/Éxodo 21:2 Pero la gran y notable diferencia que vemos aquí es la que Yahweh establece ENTRE YISRAELITAS Y GENTILES. Los esclavos y las esclavas que puedas tener, serán de las naciones alrededor de ustedes; de ellas pueden adquirir esclavos y esclavas. Tam- bién pueden comprarlos de entre los hijos de extranjeros residentes entre ustedes, o de en- tre sus familias que están entre ustedes, de los que engendraron en el país de ustedes. Esos vendrán a ser propiedad de ustedes: ustedes pueden conservarlos como propiedad para sus hijos después de ustedes, para que los hereden como propiedad perpetua. A esos los podrán tratar como esclavos. Pero en cuanto a sus pa- rientes yisraelitas, ninguno gobernará con du- reza sobre el otro. Si un extranjero residente entre ti ha prosperado, y tu pariente, por en- contrarse en estrechez, viene a estar bajo la autoridad de él y se entrega al extranjero resi- dente entre ti, o a la prole de la familia de un extranjero, tendrá el derecho de redención aun después de haberse entregado. Uno de sus parientes lo redimirá, o lo redimirá su tío o el hijo de su tío, o lo redimirá cualquiera de su familia que sea de su propia carne; o, si pros- pera, puede redimirse a sí mismo. Computará con su comprador el total desde el año en que se le entregó hasta el año del jubileo; el precio de su venta se aplicará al número de años, co- mo si fuera por el término de un obrero asala- riado bajo la autoridad de otro. Si quedan mu- chos años, pagará por su redención en propor- ción a su precio de compra; y si quedan pocos 6 años para el año del jubileo, lo computará así: hará pago por su redención según los años en- vueltos. QUEDARÁ BAJO SU AUTORIDAD COMO UN OBRERO CONTRATADO POR EL AÑO; no go- bernará con dureza sobre él a tu vista. Si no ha sido redimido en ninguna de esas maneras, él con sus hijos saldrán libres en el año del jubi- leo. Porque es para mí que los yisraelitas son servidores: ellos son mis servidores, a quienes libré yo de la tierra de Mitsráyim, yo Yahweh el Elohim de ustedes. Vayikra/Levítico 25:44- 55 Esto no es así porque Yahweh sea malvado o arbitrario, sino porque SUS BENDICIONES ACOMPAÑAN ÚNICAMEN- TE A QUIENES LE OBEDECEN Y ESTÁN BAJO SU PACTO (primero el antiguo, y hoy el nuevo). Los que estamos bajo el pacto SOMOS SERVIDORES DE YAHWEH, NO DEL SISTEMA. Por lo tanto, cuando nos apartamos de Su camino y bajamos a Egipto porque "'hay hambre en la tierra" (error cometido por tantos patriarcas), SOMOS ESCLAVIZADOS. El resto de los pueblos (los gentiles), por confiar en sus propios dioses, debían esperar en ellos para recibir sus beneficios, no tenían el derecho de pedirle nada al Elohim de otra nación. Sin embargo, y a pesar de que su tratamiento era más duro que el que debían dar a sus propios hermanos yisraelitas, tampoco podían mal- tratarlos. La Torah que Yahweh entregó a Israel prohib- ía a los amos maltratar a sus esclavos y abusar de ellos. De ser necesario, podían corregirlos, pero con modera- ción. Si un esclavo moría a causa del maltrato, la Torah ordenaba vengar su muerte: Cuando alguien golpee a su esclavo o su esclava con una vara, y este muera en el momento, debe ser vengado. Shemot/Éxodo 21:20 Y si perdía un diente o un ojo o sufría cualquier otra mutilación, debía ponérsele de inmediato en libertad: Cuando alguien le golpee el ojo a su esclavo o sierva, y se lo destruya, lo dejará ir libre a cambio de su ojo. Si le tumba un diente a su esclavo o esclava, lo dejará ir libre a cambio de su diente. Shemot/Éxodo 21:26-27 De todo lo mencionado, lo que debemos comprender por encima de todo es que LA ESCLAVITUD ES VENDER NUESTROS SERVICIOS A OTRO. Si no conseguimos ver que esto es el principio del tra- bajo dentro de la sociedad satánica, estaremos en pro- blemas (continuaremos siendo ciegos) y no comprende- remos POR QUÉ TENEMOS VIDAS DE ESCLAVOS. El sis- tema en el cual vivimos no es otro que Mitzra- yim/Egipto, y en él somos esclavos fabricando ladrillos mientras somos maltratados y no se nos permite servir a nuestro Elohim. Cuando Yahweh sacó al pueblo de Egipto, lo llevó a la buena tierra (que es Mashíaj) y le dio LIBERTAD: cada uno tenía su espacio para producir