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Métodos de enseñanza
• Actividades de desarrollo, en las que gradualmente se afirman
las tareas, sea con mayor participación del profesor o con su
guía.
• Actividades de integración final de los aprendizajes, que sinte-
ticen los logros y faciliten la evaluación de lo alcanzado.
• Actividades de revisión del proceso seguido, estimulando que los
alumnos analicen la experiencia desarrollada; ello favorecerá
su capacidad para enfrentar otros aprendizajes semejantes.
Finalmente, al programar las tareas, es importante consi
derar el tiempo necesario para realizarlas y lograr los aprendi
zajes. La secuencia antes delineada no implica que todas las
actividades deban ser realizadas en el corto tiempo de una
única clase. Lamentablemente, las formas de organización de
la temporalidad escolar tiene límites demasiado rígidos y el
proceso puede llevar varias sesiones. Pero en cualquier caso
es necesario distribuir los tiempos para facilitar decisiones
realistas de los profesores a la hora de conducir la enseñanza.
ORGANIZAR EL AMBIENTE Y LOS RECURSOS
La enseñanza no sólo requiere de los actores (profesores y
estudiantes) sino también de un ambiente de enseñanza que
incluye recursos, como andamios de apoyo al aprendizaje:
• Soportes de comunicación y de cooperación entre los actores
{guías de trabajo o de lectura, ejercicios, estudios de caso,
mapas conceptuales, etcétera),
• Herramientas de conocimiento (textos, diccionarios, tablas y
gráficos, videos, bibliotecas, etcétera).
• Materiales operativos, acordes con los contenidos que se tratan
y con los objetivos que se persiguen (materiales concretos,
instrumentos, computadoras, laboratorios, etcétera).
La programación de la enseñanza, en forma articulada con las
actividades de aprendizaje, deberá prever la facilitación de los
flujos de trabajo y comunicación compartida, y el acceso a los
recursos necesarios para aprender.
La selección y la programación de los recursos deberán poner a
los alumnos en la posibilidad de experiencias en e! manejo y la
interacción con distintos lenguajes y formas de
8 Pm^^ranmción de ¡a enseñanza
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representación de la realidad a través de diversos materiales,
superando la escucha de la palabra del profesor como la única vía
para aprender. Ello no sólo enriquece la diversidad de
aprendizajes sino que habilita el desarrollo de capacidades de los
alumnos para su desenvolvimiento permanente en la sociedad.
Asimismo, se puede prever y facilitar la búsqueda independiente
de los alumnos, favoreciendo la autonomía del aprendizaje.
La programación no debe ser entendida como un instrumento
rígido. Por el contrario, un programa es siempre una hipótesis de
trabajo que debe ser puesta a prueba en la enseñanza. Sus
propuestas se modifican y enriquecen a lo largo del desarrollo de
las tareas, cuyos resultados son siempre abiertos e imposibles de
encerrar en una programación. No obstante, programar la
enseñanza es indispensable para asegurar una buena marcha de las
actividades y orientar sus logros. De este modo, el programa es un
instrumento de trabajo permanente de los profesores.
Los programas deberán ser analizados y revisados periódi-
camente, mejorándolos y modificándolos para ponerlos al día con
el desarrollo del conocimiento, de las prácticas sociales y con la
propia experiencia al enseñar.
Es conveniente que los profesores desarrollen su propio
"banco" de actividades y propuestas para enriquecer progre-
sivamente el desarrollo de sus programas. Ello les permitirá
producir nuevas propuestas y registrarlas en sus apuntes durante el
desarrollo de la enseñanza.
Finalmente, la programación no es una tarea solitaria y deberá
compartirse con otros profesores para buscar en conjunto la
coherencia y la complementariedad de los programas, y facilitar la
continuidad de aprendizaje de los alumnos en los distintos cursos
y niveles educativos.