Oriol Junqueras llorando por la Independencia de Cataluña
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Löwith explica por qué el nacionalismo es
una degeneración del cristianismo
SÁBADO
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Oriol Junqueras, líder de ERC y el político que exige con mayor empeño la Independencia de Cataluña, ha roto a llorar en una entrevista con Catalunya Radio mientras
hablaba del proceso independentista.
Junqueras, profundamente religioso, se ha quebrado en ese momento de la entrevista y ha dejado patidifusos a los oyentes. Escuchar a un político llorar no es común porque por una parte les hace humanos y por otro, según expertos: débiles...
El profesor de Heidelberg Karl Löwith nos enseñó que la mente moderna no es cristiana ni pagana, y que sus interpretaciones de la historia son de derivación cristiana pero
anticristianas en su resultado. El hombre moderno tiene la manía de querer crear un Reino de Dios en el mundo, pero expulsando toda referencia religiosa:
“¿Qué nos ha permitido rehacer el mundo a imagen del hombre? ¿Quizás que la
creencia de haber sido creados a imagen de Dios Creador, la esperanza en un futuro Reino de Dios, y el mandamiento cristiano de predicar el Evangelio a todas las naciones para
su salvación, se han convertido en la presunción secular de que debemos transformar el
mundo en un mundo mejor a imagen del hombre, y salvar a naciones no regeneradas mediante la occidentalización y la reeducación?”
Esto es lo que pretenden todas las ideologías, sucedáneos del cristianismo. El nacionalismo catalán sigue este patrón: sus discípulos salen a predicar una Cataluña donde no
habrá listas de espera en los hospitales y tendremos helado de postre cada día (sic). Hay
que llevar esta noticia de salvación también a barrios “no catalans” (Súmate), hay que prometer un futuro sin crisis (Catadisney), hay que buscar un enemigo diabólico que debe ser
derrotado...