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Así explica el nacionalismo la Guerra de
Sucesión a los niños
DOMINGO
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El patriotismo, amor a las cosas
de los padres, es justo y bueno. El nacionalismo es su degradación, una ideología triste y negativa que necesita de enemigos, agravios y victimismo para sobrevivir. En el s.XX el nacionalismo fue la
causa de dos guerras mundiales y mucho sufrimiento.
Hoy la ideología nacionalista vive
su apogeo en Cataluña. Desprestigiado
y avergonzado tras devastar la región
en los años 30 del siglo pasado, resurgió en los años 70 bajo la batuta de Jordi Pujol. Después de detentar un poder casi absoluto durante 35 años, el resultado es el mismo: corrupción política, ruina económica, tensión social, desprestigio internacional, un futuro incierto y mal rollo a dojo.
Uno de los pilares del nacionalismo es el adoctrinamiento de los niños. De ahí su
obsesión por controlar la educación y su rechazo frontal a cualquier intento de reconduir
la situación por parte del Gobierno. El 70% de los maestros son de ERC y el lema de Somescola es tan contradictorio como revelador: “Per un país de tots, l´escola [només] en
català”...
A la ermita de Lloret ya ponen el trapo
al presbiterio
DOMINGO
A países donde el catolicismo se ve como un enemigo, es frecuente ver banderas a
las iglesias. Así pasa a los EU o a Méjico, donde es necesario demostrar que la iglesia no
es contraria al Estado. En España no existe esta costumbre. Al mismo tiempo, en santuarios de especial vinculación nacional, como El Pilar o algunas capillas castrenses, se puede ver una bandera nacional que representa
todo el pueblo. Normal.
A la ermita de Santa Cristina, a Lloret de Mar,
han puesto una bandera al presbiterio, a la
orilla del altar y más grande que el Cristo. La
única justificación es el nacionalismo del cura.
Como nos dice un feligrés, la inmensa mayoría
de los fieles rechaza este elemento tan poco
litúrgico. No les gusta la intrusión de ninguna
ideología a la Iglesia.
Basta de politización de los espacios religiosos..
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