Catalanadas Magazine Nº 33 Semana 31 Julio 2014 | Page 12

WEB VIERNES El nacionalismo ciega a sus ideólogos. Cuando las evidencias estaban ya en la prensa, apenas unos días antes de que Pujol no tuviera más remedio que confesar las irregularidades que cometió durante 34 y se desvelara la gran farsa, pasaba esto en la tertulia de RAC1, emisora nacionalista de La Vanguardia: el director del periódico fuera de juego, la Rahola chillando sobre una persecución política a la familia Pujol, y Joan López Alegre -el català tranquil- acertándolo todo. VER VIDEO WEB 12 ¡Es una persecución política! Jordi Pujol, el independentismo y los cómplices necesarios en el saqueo de Cataluña VIERNES No existe ninguna dictadura descarada o soterrada sin los necesarios cómplices. No hay nacionalismo estridente que no sea consentido por el silencio, la anuencia o la omisión. Ni en la Alemania de Hitler, ni en la Venezuela de Maduro, ni en la Argentina de Cristina, ni en la Cataluña de Pujol, ni en la Andalucía de los ERE. El cómplice puede ser el estómago agradecido, el empresario tan avaricioso y corrupto como el político, el ciudadano que no quiere líos, incluso el que se cree de buena fe las prédicas liberadoras del ególatra y ladrón de turno. Todos ellos son cómplices. El general Franco ganó una guerra civil, pero si se mantuvo en el poder durante cuarenta años, y se murió tranquilamente en la cama de un hospital, fue por los cómplices interesados, por los benefactores del régimen, por la larga cofradía de quienes están dispuestos a socorrer y ayudar al vencedor. Pujol y sus cómplices fueron tejiendo un régimen absolutista legitimado por las urnas, en el que formaban parte egregios personajes de la burguesía catalana, empresarios que financiaban con las ganancias de las obras públicas el tinglado, empresas periodísticas genuflexas ante el poder y la subvención, intelectuales distraídos, ingenuos de pacotilla, y esa larga cofradía de ciudadanos cobardes que formamos el grueso de la sociedad, y que miramos hacia otro lado porque tenemos miedo: miedo a la venganza, miedo a la extorsión, miedo a quedarnos sin trabajo, miedo a la maquinaria poderosa del poder que, como una mandrinadora, tritura toda crítica que sea demasiado molesta. Cuando el nazismo estaba en sus principios, despacharon a todos los filólogos judíos que había en la Academia de la Lengua, y les prohibieron escribir, trabajar o dar clases, sin que sus compañeros, tan alemanes como ellos, exhalaran la más timorata de las protestas.