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El tranquilo paseante, que intenta abrirse paso entre los turistas que han invadido
Portal de l’Àngel, se lleva un susto al oír diversos gritos. Alza la mirada y ve a unos centenares de manifestantes pro-palestinos. Gritos contra Israel, a favor de Palestina, referencias a Gaza y a los Estados Unidos. Todo más o menos previsible, hasta que se fija en un
par de banderas cubanas que destacan en medio de las banderas palestinas. ¿Qué pinta
ahí la cubana?
Entonces, se oye al tío del megáfono, estilo batasuno, gritando: “Visca Palestina
Lliure! Visca Catalunya Lliure!”
Acabáramos… Palestina y Cataluña están sojuzgados por unos tíos muy malos,
Israel y España, que vienen a ser lo mismo.
Pobre patriarca Pujol, siempre tan admirador
de Israel y resulta que ahora Israel es una especie de España del oriente del Mediterráneo.
Pero lo más surrealista vino a continuación: mientras el del megáfono se desgañitaba
con su slogan, los jóvenes, de origen probablemente magrebí, que constituían una parte importante de la manifestación, en vez de repetir
esa consigna, gritaban, completamente desinhibidos y con una sonrisa en los labios: “¡Allahu
Akbar!”...
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Surrealismo separatista en Plaza Cataluña
MARTES
La CUP, esos catabatasunos del siglo XIX
MIÉRCOLES
Fermín Chueco Artero (por favor, pase repetidamente por el catalanizador de apellidos) es un starlet de Gente de Gramenet, la marca de la CUP en Santa Coloma. Se dedica a aburrir a los cuperos con arengas separatistas, aderezadas con toques batasunos y
proclamas castristas.
¿Hay algo más rancio, sobaquífero y telaráñico en Cataluña que las CUP?