El sentido común nos guía : la casa es el lugar en el que uno no puede entrar sin consentimiento .
En los análisis críticos del discurso , se toma partido ; en las crónicas como Casas robadas . Caso José Luis Ruiz , también .
Así , pues , en el caso del hombre que un día salió de su casa y nunca más pudo volver , en el caso de José Luis Ruiz , la sentencia contra los acusados es la siguiente : culpables de violar el domicilio , quedan sin voz los procesados . No se les acusa por lo que dicen , sino por lo que hacen . No es un juicio de intenciones , sino que se parte de una verdad entre otras muchas verdades : quien coarta la libertad no merece ser llamado libertador , quien se vale del esfuerzo de otro no merece la solidaridad aun estando oprimido .
Si no es tu casa , o mejor dicho , si es la casa de otro , déjala estar .
Si el Estado no es neutro aunque juegue a serlo – el Gran Poder del Dinero nunca ha sido elegido democráticamente –, ¿ cómo va a ser neutro un simple periodista como Reportero Jesús ? Esto ha de ser así de sencillo y , por ende , revolucionario . Este es el conflicto que aquí se ha resuelto , entendiendo el conflicto como una bronca entre varios actores ( hay que conocer el desacuerdo para discutirlo ).
En el anexo de Casas robadas . Caso José Luis Ruiz , comparamos los discursos de las partes y se intenta la solución , la resolución ; se evita no encauzar o apagar la violencia , sino encontrar los términos para el buen fluir .
El discurso , la crónica , es eso : el fluir del conocimiento en el tiempo .
Y este es el tiempo de la crisis , una crisis perpetua que empezó hace más de una década y que continúa : la crisis arrasa como un huracán a ras de suelo .