La Amnesia Y Otros Trastornos Asociados A La Memoria
El estudio de cómo falla esta función cognitiva ha ayudado mucho a conocer qué es la memoria realmente y cómo funciona. La
memoria, al ser una función cognitiva tan compleja, puede verse afectada de diferentes formas y por diferentes causas. Por una
parte, pueden producirse daños muy específicos debido a la doble disociación de los sistemas de memoria. Esto significa que se
puede alterar un sistema, manteniendo otro intacto (por ejemplo, se puede dañar nuestra memoria a largo plazo, permaneciendo
intacta nuestra memoria a corto plazo). Por otro lado, la memoria puede alterarse a causa de una enfermedad neurodegenerativa
(como las demencias y Alzheimer), por daño cerebral adquirido (traumatismos craneoencefálicos, ictus, infecciones y otras
enfermedades), por problemas congénitos (como parálisis cerebral o distintos síndromes), por trastornos psicológicos y del
estado de ánimo (como la esquizofrenia, o la depresión y la ansiedad), por el consumo de sustancias (drogas y medicamentos),
etc. Además, también pueden encontrarse dificultades en algunos tipos de memoria en trastornos del aprendizaje como el TDAH,
la dislexia o la discalculia.
El tipo de alteración de memoria más habitual consiste en la pérdida de memoria, como ocurre en el Alzheimer. Esta pérdida de
memoria es lo que se conoce como amnesia. Las amnesias pueden ser anterógradas (incapacidad de incorporar nuevos
recuerdos) y las amnesias retrógradas (incapacidad de acceder a los recuerdos pasados). No obstante, también puede darse una
alteración en el contenido los recuerdos (confabulaciones o fabulaciones) o, incluso, hipermnesias. Las confabulaciones,
características del Síndrome de Korsakoff, consisten en la invención involuntaria de recuerdos, rellenando con información
incorrecta aquello que no recuerdan. Las hipermnesias, por su parte, consisten en el acceso involuntario a vívidos y detallados
recuerdos, como ocurre en los flashbacks del trastorno de estrés postraumático, por ejemplo:
¿Cómo podemos medir y evaluar el estado de nuestra memoria?
Medir el estado de nuestra memoria es de gran utilidad, pues tiene repercusiones
importantes en ámbitos académicos (saber si un niño va a tener dificultades para
aprender el contenido de las asignaturas o si necesita algún tipo de ayuda adicional), en
ámbitos clínicos (saber si los pacientes pueden recordar qué medicación deben tomar, o
si se pueden desenvolver por su entorno sin asistencia), en ámbitos laborales (saber si
una persona va a ser capaz de desempeñar un puesto de trabajo concreto) y en nuestro
día a día.
Mediante una completa evaluación neuropsicológica podemos medir de una forma
eficaz y fiable la memoria y otras habilidades cognitivas. CogniFit dispone de un conjunto
de tests que evalúan algunos subprocesos de la memoria, como la memoria auditiva a
corto plazo, la memoria contextual, la memoria a corto plazo, la memoria no verbal, la
memoria visual a corto plazo, la memoria de trabajo y el reconocimiento. Para ello,
empleamos diversos tests, basados en los clásicos Continous Performance Test (CPT,
de Conners), en la prueba de dígitos directos e indirectos de la Wechsler Memory Scale
(WMS), en el NEPSY (de Korkman, Kirk y Kemp), en el Test of Variables of Attention
(TOVA), en el Memory Malingering (TOMM), en el Test de la Torre de Londres (TOL) y en
la Visual Organisation Task (VOT). En estos tests, además de medir memoria, también
evaluamos tiempo de respuesta, velocidad de procesamiento, denominación,
percepción visual, monitorización, planificación, escaneo visual y percepción espacial.
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MENTE
PENSAMIENTOS
& PROCESOS
Universidad Cooperativa
de Colombia