Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 31
dio la otra cinta azul para que pudiera condecorar a
una tercera persona y seguir adelante con esta
ceremonia. “Después, por favor cuénteme qué pasó”.
Ese mismo día, el ejecutivo fue a ver a su jefe, dicho
sea de paso, famoso por su mal humor. Lo hizo sentar
y le dijo que admiraba su talento creativo. El jefe se
quedó sorprendidísimo. El ejecutivo le preguntó si
aceptaba que le regalara una cinta azul y si le permitía
ponérsela. Su asombrado jefe dijo: “Sí, claro”.
El ejecutivo tomó la cinta azul y la prendió en la
chaqueta de su jefe; sobre el corazón. Le dio entonces
la última cinta que quedaba diciéndole: “¿Me haría un
favor? ¿No se llevaría esta otra cinta para condecorar a
alguien? El muchacho que me dio las cintas está
haciendo un trabajo en el colegio y quiere que esta
ceremonia de reconocimiento no se corte, pare ver
cómo afecta a la gente”.
Esa noche, el jefe llamó a su hijo de catorce años y
lo hizo sentar. Le dijo: “Hoy me pasó algo increíble.
Estaba en mi oficina y uno de mis ejecutivos vino a
verme para decirme que me admiraba y me entregó
una cinta azul por ser un talento creativo. Imagínate.
Cree que soy un talento creativo. Después, me puso
esta cinta azul que dice “Yo cuento” en mi chaqueta,
sobre el corazón. Me dio otra cinta y me pidió que
encontrara a alguien para condecorar. Cuando venía
manejando para casa, empezó a darme vueltas por la