Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 130

Soy Marva Collins que lucha por el derecho de todos los niños a la educación. Los nombres de quienes ejercieron mi profesión suenan como un teatro de la fama para la humanidad: Buda, Confucio, Ralph Waldo Emerson, Mahatma Gandhi, Moisés y Jesús. Yo soy también de aquellos cuyos nombres y caras han sido olvidados hace mucho pero cuyas lecciones y cuyo carácter siempre serán recordados en los logros de sus alumnos. He llorado de alegría en los casamientos de ex alumnos, he reído con júbilo por el nacimiento de sus hijos y he estado de pie, dolorido y confundido, con la cabeza inclinada junto a tumbas cavadas demasiado pronto para cuerpos demasiado jóvenes. En el transcurso de un día me han llamado para ser actor, amigo, enfermera y médico, entrenador, buscador de artículos perdidos, prestamista, taxista, psicólogo, padre adoptivo, vendedor, político y misionero. Pese a los mapas, cuadros, fórmulas, verbos, historias y libros, no he tenido nada que enseñar, pues mis alumnos se tienen a sí mismos para aprender y sé lo difícil que es llegar a saber quiénes somos. Soy una paradoja. Cuanto más escucho, más fuerte hablo. Mis mayores dones se encuentran en lo que estoy dispuesto a recibir agradecido de mis alumnos.