CANDÁS EN LA MEMORIA numero 3 NOVIEMBRE CANDÁS EN LA MEMORIA Noviembre | Page 26

Candás rescata la historia de sus faros La muestra, de Roque Garcelán, recoge piezas de colecciones privadas así como documentos que servían de estudio para los fareros | El Museo Antón muestra los utensilios que usaban para orientar a los marineros El autor de la muestra, Roque Garcelán, en una de las salas del Museo La historia de Candás esta íntimamente ligada al mar y a la pesca y, con ello, a la seguridad de su flota y sus faros, con las luces señalizando el puerto. Los utensilios que utilizaron estas ata- layas sirvieron de orientación a sus marineros y el Patronato Municipal del Centro de Escultura Museo Antón ha querido rescatarlos. Para lle- var a cabo este trabajo, fue seleccionado Roque Garcelán Sáez, al que se le encargó editar un libro sobre la historia de los faros que iría acompañada de una exposición con la misma temática. Final- mente, anteayer, la muestra abrió sus puertas en el Antón y podrá recorrerse hasta el 22 de enero. El visitante tendrá la oportunidad de acercarse a los elementos que formaron parte de este tipo de instalaciones costeras desde principios del siglo XX hasta nuestros días. «Muchas de las piezas proceden de colecciones privadas y todas ellas prestaron servicio en Can- dás. Además, también se exponen documentos oficiales y otros de tipo docente que servían de estudio y formación de los fareros», comenta el autor. Entre las curiosidades, apunta que el prim- er enclave de señalización que hubo en Candás de manera provisional estuvo en la cima del Monte Fuxa, donde en la antigüedad se emplea- ron hogueras a modo de orientación. Su funcio- namiento era muy precario, a base de lámparas de mecha abastecidas con petróleo. Más tarde, en 1904, el emplazamiento fue la farola ubicada en las inmediaciones de la emblemática ‘Peña Fura- da’ y, finalmente, en 1917 se optó por construir un faro en el cerro de San Antonio, donde se ubica el actual y ya dispuesto con una vivienda para el farero. «La finalidad de este emplazamiento fue ga- rantizar una navegación más segura, ya que los anteriores, al estar en la ensenada interior, no se podían observar fácilmente hasta que no se aproximaban al puerto», explica Garcelán, quien también habla del código empleado. «Antes de los faros, se señalizaba con tres luces la seguri- dad. Es decir, que cuando el acceso al puerto era seguro se encendía una sola señal. En el caso de que fuera necesario tener precaución, dos señales y cuando no era seguro, tres. Este código -que es único- sigue siendo la seña de identidad del puerto candasín desde entonces», indica. Fuente El Comercio PEPE G.-PUMARINO 26