CANDÁS EN LA MEMORIA -Febrero 2019 REVISTA CANDÁS EN LA MEMORIA -febrero | Página 15
FIDELIO PONCE DE LEÓN uno de los pin-
tores de mas renombre de Cuba
Asientan los versados que hasta el nombre
artístico de Fidelio Ponce de León Henner es
fruto de su pródiga creatividad, lo que pudiera
explicar mucho su propia personalidad, el ori-
gen. Acerca de Fidelio y Ponce, según el escritor
Sánchez, parece imponerse la corta distancia
fonemática con los originales Fuentes y Pons,
respectivamente.
Mientras que De León guarda parecido con su
personalidad de rey, fiera, solitario, andariego
e independiente. De soñador y enamorado de
la posteridad viene lo de Henner, teniendo en
cuenta que lo tomó de un pintor europeo, per-
sonaje que según él mismo narraba había sido
su abuelo. Otros comentan que Fidelio se debió
al nombre de la única ópera de Beethoven, algo
que coincide con su predilección por la músi-
ca, capaz de desatar en el artista elevados sen-
timientos y estados de ánimo.
más reconocidos, su discurso pictórico le posi-
bilitó revelarse como uno de los artistas más
genuinamente originales y sustantivos de la pin-
tura cubana por la sobria factura de su arte.
Entre 1935 y 1940, etapa considerada de reafir-
mación de su estilo único, crea las obras Rostros
de Cristo y Mi prima Anita. En 1941 nació Ros-
tros, dos años más tarde de habérsele diagnos-
ticado tuberculosis pero, a pesar de su enferme-
dad, pintó mientras las fuerzas lo acompañaron.
Fidelio Ponce, el pintor de las miserias humanas,
esperó pacientemente y resignado hasta sus
últimos días; y aunque su aspecto físico estaba
deteriorado, primero por el alcohol, y más tarde
por la tuberculosis, su mente lúcida seguía invo-
cando a la fantasía del cubano, a su arte y a sus
deseos.
Símbolo de la humildad y el arte murió el pintor
en un viejo barrio habanero el 19 de febrero de
1949, dejándole a la plástica cubana una de las
más singulares y auténticas notas de su discur-
so, la cual sigue motivando en nuestros días a la
A los 39 años debutó en el arte con su primera reflexión de generaciones de creadores en la isla.
Desde lo hondo de una fosa del Cementerio de
exposición personal en El Liceum habanero.
Dos mujeres (1934) y La familia está de duelo Colón en La Habana, solo y misterioso, Ponce
(1934), son obras que conmueven por su fuer- aún traza con el alma triste nuevos cuadros a la
za expresiva dentro de los primeros conjuntos. vida y al mundo bohemio que lo encumbró, que
En el salón Nacional de 1935 se premió Beatas, lo invistió inmortal.
Porque Fidelio Ponce es el pintor de la van-
una obra en la que ratifica el artista su fuerte
guardia que -como expresó el crítico de arte
patrón de identidad; más tarde alcanzó el
francés Pierre Loeb- “tendrá siempre el honor
primer premio por Los niños (1937).
de haber entonado su propia canción, de haber
Aunque pocas veces aparecieron sus cuadros
en exposiciones,y tampoco fué de los pintores dado a todos el ejemplo de un hombre de cali-
dad y nobleza”. (PL) Fuente Theprisma
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