Cable telegráfico | Page 6

El origen del cable telegráfico trasatlántico se dio a principios del año 1840, cuando se crearon las diferentes líneas terrestres de hilos telegráficos. Las líneas facilitaban la comunicación en tierra y emitían señales que mantenían conectadas a las personas, sin embargo, no eran capaces de traspasar los océanos por lo cual la comunicación entre continentes resultaba difícil y los mensajes tardaban demasiado tiempo en ser recibidos. Debido a estos problemas surge la necesidad de desarrollar un cable que atravesara los océanos.

Los primeros intentos se llevaron a cabo por Cyrus West Field, fundador de The Atlantic Telegraph Company y el físico William Thomson. Las dificultades a las que se enfrentaron en esos intentos fueron diversas, en especial porque los cables no eran lo suficientemente resistentes. En este punto los pronósticos de la instalación del cable no eran esperanzadores y los inversionistas no estaban dispuestos a seguir perdiendo dinero. Sin embargo, Field logró convencerlos una vez más y junto el dinero necesario.

En el año 1866 se puso a servicio total

DEL CABLE

HISTORIA

TELEGRÁFICO

Finalmente, el 5 de agosto de 1858 se desplegó exitosamente en cable telegráfico transatlántico convirtiéndose en uno de los sucesos más importantes para el desarrollo de las telecomunicaciones. Este suceso fue enormemente festejado en Estados Unidos, el cable representaba la unión de los continentes. Días más tarde se transmitió el primer telegrama entre América y Europa.

Una ventaja que tenía el cable telegráfico era que las personas ya no tenían que esperar 10 días para recibir un mensaje, debido a que ese era el tiempo estimado de los barcos en cruzar el océano, sino que este cable lo redujo a unas horas, haciendo así, una mayor comunicación y más rápida entre los continentes.

Pasaron 12 años después del primer éxito, cuando se volvió a intentar el lanzamiento de un cable submarino. Esta vez habían reforzado los cables para garantizar la protección, contaba con un hilo conductor más grueso para evitar la sobrecarga y se utilizó uno de los barcos más grandes de la época para lanzarlo, el vapor SS Great Eastern. Fue un éxito total, el barco logró pasar el cable por todo el Atlántico Norte.