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Cómo buscar y usar información científica
1.
Reúne e identifica todas las opciones de temas. Confecciona una lista sobre la base
de tu experiencia personal, de las asignaturas y prácticas cursadas, de tus
preferencias, de orientaciones recibidas. Que te puedan servir para aprender y crear
conocimiento, que te movilicen, que tengan interés para la ciencia actual...
2. Haz una consulta orientativa en Internet y en los textos y bibliografía de tu carrera.
Te ayudará a ir definiendo los temas y te puede dar idea de temas alternativos.
Repasa posibilidades en las fuentes de información básicas.
3. Elige términos de búsqueda para los temas candidatos. Define bien su alcance con el
conjunto de conceptos y términos de búsqueda que entran en juego en cada caso.
4. Busca información científica sobre los temas, para explorarlos, para sondear. ¿Hay
poca o mucha documentación publicada? Tan malo es que haya demasiada
información como ninguna, necesitas una base, pero poder abarcarla. ¿Hay trabajos
ya hechos? Mal, pues buscas originalidad. ¿Sobre temas relacionados o similares?
Bien, es síntoma de actualidad.
5. Valora las ventajas e inconvenientes de cada tema. Pondera aspectos positivos y
negativos. Que el trabajo sea realizable, factible, desde el punto de vista práctico es
primordial. Que haya información también. Pero no busques la mera comodidad o
trivialidad. Debe aportarte valor. Consulta con quien dirija tu trabajo.
6. Descarta gradualmente temas y precisa mejor los que mantengas acotándolos de
acuerdo con las búsquedas realizadas. Selecciona enfoques, condiciones de tiempo
o lugar, aspectos o características en que te vayas a centrar, límites. Al final, elige
uno, que tal vez tengas que seguir perfilando durante la recogida de información.
Planificación y gestión del tiempo:
He aludido brevemente a la cuestión de los plazos y los tiempos en la sección 7.3, al explicar
cómo definir el problema de búsqueda. Pues, en efecto, para plantear la búsqueda lo
primero es planear el trabajo o tarea general en que se enmarca. El proceso de encontrar,
localizar y conseguir documentación puede llevar tiempo y si está condicionado a un
proyecto global, todo debe preverse.
En realidad, lo que quiero decirte es que la tarea intelectual, como la que supone abordar
un trabajo académico, requiere una planificación racional de tu actividad, una gestión
eficiente del tiempo, o un cronograma, como lo quieras llamar. Te estás haciendo un
profesional y desde ya, para aprender y para aprovechar mejor tus energías y capacidades,
conviene que te organices bien.
Eso implica planear y prever, evitar la improvisación. E implica, después, evaluar y corregir.
Planificar no supone rigidez, supone anticipación, trabajar sobre expectativas, tener
margen para las incidencias y los imprevistos.
Dentro de los plazos que marques para la elaboración del trabajo, la búsqueda, selección,
obtención, análisis y síntesis de la documentación tendrán sus fechas, igual que la redacción
de borradores, la revisión y edición u otros aspectos según la naturaleza de cada proyecto.
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