ra en un punto de reflexión y transformación.
Los últimos meses han dejado claro que el diseño contemporáneo ya no puede desligarse de los grandes desafíos globales: el cambio climático, la eficiencia energética, los nuevos estilos de vida y la necesidad de crear ciudades más humanas.
Este periodo final se convierte, así, en una oportunidad para analizar lo logrado, ajustar estrategias y proyectar lo que viene en 2026. Durante 2024 y 2025, las tendencias arquitectónicas estuvieron dominadas por conceptos como espacios flexibles, arquitectura biofílica, soluciones modulares, materiales regenerativos y tecnologías inteligentes aplicadas a la habitabilidad.
Las viviendas, oficinas y desarrollos mixtos evolucionaron para adaptarse a un usuario que demanda más luz natural, ventilación cruzada, áreas verdes integradas y una conexión directa con el entorno. El cierre de año confirma que la industria no solo adoptó estas tendencias, sino que las convirtió en estándar: hoy, hablar de confort implica hablar también de sostenibilidad.
Otro punto clave de este ciclo ha sido la consolidación de la arquitectura social, aquella que piensa en la comunidad, la movilidad y la inclusión.
Desde renovaciones urbanas en ciudades turísticas hasta desarrollos residenciales que integran servicios esenciales a distancias caminables, la arquitectura se perfila como
BUENA VISTA 7