BRUJULA CIUDADANA Un año de reconstrucción: "deudas" y lecciones | Page 26

Brújula Ciudadana 102 24 Es necesario recordar que, aunado a la serie de sismos, otros desastres de la naturaleza –como los huracanes- agravaron la situación, no solo en las regiones siniestradas, sino que, en nuevas zonas (como la Costa), donde acontecieron nuevos sismos y continuaron los movimientos telúricos. Otro elemento adicional, señalado en su momento, es que el levantamiento del censo fue muy deficiente, evidenciado por la multiplicidad de denuncias tanto de autoridades municipales como de personas damnificadas, de que las instancias correspondientes no llegaron a comunidades y zonas siniestradas, por lo que no se cuenta con datos precisos y reales tanto del número de personas, como del grado exacto del siniestro de las viviendas. Por tanto la prueba más contundente, es la que ofrece la observación directa. Los elementos en contra que sigue sufriendo la población damnificada podrían resumirse en: otorgamiento de tarjetas sin fondo; cons- tructoras que no cumplen lo prometido en la reconstrucción o incluso fraude de algunas de ellas; publicidad de las escasas obras que el gobierno llega a construir; y, en general, el mismo desamparo de la población, que cuando ocurrieron los sismos. El problema mayor se aprecia en lugares como Pinotepa Nacional, en la Costa de Oa- xaca, donde fueron minimizados los daños, cuando cifras proporcionadas por Protec- ción Civil arrojan un total de 3,919 viviendas dañadas, ya sea con daño menor, parcial o total en nada menos que 34 agencias y ran- cherías municipales y 45 colonias, barrios y unidades habitacionales, lo que representa casi el 30% de la totalidad de las viviendas en el Municipio. En el caso del Istmo, según la Coordinadora General de Damnificados del Istmo, no se ha llegado a reconstruir ni siquiera el 40% de las viviendas afectadas. Las acciones fraudulen- tas han sido la práctica constante, en donde incluso hubo una fundación denominada: Ibero Mexicana de Auxilio, que engañó a las personas solicitándoles que demolieran totalmente sus casas, porque así iban a recibir mayores recursos para la reconstrucción. Lo que queda ahora son solo escombros