BRUJULA CIUDADANA Rutas para transitar hacia la justicia | Page 7

1) R utas para transitar hacia la justicia y la pacificación 5 En este escenario, podemos hablar de nuevas condiciones políticas ante el debilitamiento del régimen político y la magnitud del respal- do social que acompaña al gobierno electo con la expectativa de que, finalmente, se logren inflexiones significativas en el proceso de violencia y deterioro político y social que vive el país. organizada, que ha producido enormes sal- dos sociales y humanos cuyas cifras, solo del sexenio que está terminando resultan desmesuradas: más de 180 mil homicidios, de 37 500 personas desaparecidas, de 3 mil fosas clandestinas, de 35 mil restos sin iden- tificar, de 24 millones de mexicanos víctimas de algún delito. Si bien en México tenemos un denso tejido organizativo y ciudadano con una gran expe- riencia y conocimiento en muchos temas de interés público, lo cierto es que los actores sociales llegan a estos tiempos fragmentados y dispersos, llamados a reflexionar en torno a las oportunidades y desafíos del momento para abordar propositivamente los puntos críticos más graves y urgentes de la con- flictividad para identificar algunos caminos de salida y algunos puntos de llegada en el complejo proceso de transformación social. Estos datos inauditos, hasta hace poco ini- maginables, requieren ser explicados para comprender los mecanismos que han permi- tido o generado la situación actual, definir las políticas y estrategias que permitan revertir estas dinámicas de muerte y sufrimiento. Particularmente esto es crucial en el caso de las víctimas, cuando lo que está en juego es en principio la vida misma y más allá el acce- so a la verdad y la justicia que hagan posible detener esta espiral destructiva. Desde hace más de una década se ha profun- dizado en nuestra región México y el triángulo norte de Centroamérica un escenario de macrocriminalidad, es decir, de colusión entre diversos actores estatales y la delincuencia Necesitamos para ello, acercarnos a la rea- lidad desde una perspectiva más histórica, integral y profunda. Conviene situarnos en un contexto global y momento histórico en que se expresa en el mundo una tendencia sistémica a establecer situaciones de guerra permanente, guerras que han cambiado de carácter, que ya no son un medio, sino se han convertido en el fin en sí mismas, en tanto están generando nuevos mercados y empresas legales e ilegales con inmensas ga- nancias (tráfico de drogas, personas y armas; extorsiones, secuestros, piratería, contra- bando, robo, etc.) Permiten también el control no legitimado de poblaciones con una fuerte capacidad de