BRUJULA CIUDADANA Rutas para transitar hacia la justicia | Page 4

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Es un hecho que varias regiones del país están en manos del crimen organi-
zado, ya sea por las complicidades de las autoridades locales o por las redes
que controlan el cobro del “impuesto” de uso de piso o de “protección” a
negocios, empresas y familias.
Esta realidad se ha ido extendiendo en todo el territorio nacional como una
epidemia y, cada vez con más frecuencia, atestiguamos escenas donde se
descubren fosas clandestinas, con cuerpos de personas no identificadas y
muy probablemente víctimas de desaparición forzada, con la tragedia que
ello significa para sus familias en caso de que se logre su plena identificación,
o de zozobra en el caso contrario.
Muchas autoridades han pretendido ocultar
o minimizar esta realidad, con lo cual faltan
a sus responsabilidades como servidores
públicos. Esto es un agravio más a la
sociedad que está a la espera de respuestas
y de justicia.
Además, es un hecho constatable que cada día aparecen noticias de ba-
laceras o personas secuestradas o asesinadas, e incluso, algunos casos en
los que presuntos delincuentes han sido linchados por grupos de personas
que han perdido por completo la confianza en las autoridades y optan por
la justicia por propia mano, un asunto que socialmente es reprobable, pero
que se registra con mayor frecuencia ante la inacción de las autoridades.
Los datos estadísticos de la violencia respaldados por datos oficiales son,
lamentablemente, crudos y contundentes: 145 mil 535 homicidios se han