BRUJULA CIUDADANA Rutas para transitar hacia la justicia | Page 16
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Durante septiembre, se hizo de conocimien-
to nacional la saturación e ineficacia de las
instituciones forenses en estados como Ja-
lisco, Veracruz y Guerrero, una realidad que
antes se había presentado también en Nuevo
León. Esto ha empujado a las administracio-
nes locales a comprar o alquilar cajas refri-
geradas para camiones como alternativa de
almacenaje de cuerpos. A la par, nos cuentan
la historia de fosas en Tamaulipas, Veracruz
y Morelos, con restos de cuerpos y cuerpos
enteros, algunos con ropa e identificaciones,
que han sido abandonados ahí, a veces con
la complicidad o participación directa de las
autoridades.
Una noticia tras otra nos hace asumirnos en
un escenario trágico que aún no terminamos
de dimensionar. Tragedia, no porque este sea
un escenario inevitable, como si el camino
del destino nos hubiera mandado por esta
senda oscura sin otra alternativa. Es trágico
porque las decisiones de quienes detentan
cargos públicos, iniciando con la militarización
de la seguridad pública en 2006, nos han
traído hasta aquí. No podemos resignarnos
ante esta situación en la que la decisión de
una minoría nos ha sumergido, nos toca en-
frentarla y salir de esta etapa de sombras.
A las voces que nos llaman a encontrar en
el nuevo gobierno una solución inmediata a
todos los problemas, más vale escucharlas
con reserva. Sin duda, el recuperar la paz de
un país no puede ser una tarea encomendada
a un grupo selecto de personas con la espe-
ranza de que lo arreglen por nosotras de un
día para otro. Esta tarea involucra procesos
estructurales amplios que condenen todas las
prácticas violentas y las vayan desterrando
poco a poco del imaginario común mexicano.
El cambio de administración federal debería
evitar el típico “borrón y cuenta nueva”
al que la tradición política mexicana nos
remite. En el caso de las desapariciones es
necesario consolidar el camino ya trazado
con la aprobación de la Ley General en Ma-
teria de Desaparición Forzada de Personas,
Desaparición Cometida por Particulares
y del Sistema Nacional de Búsqueda de
Personas, así como retomar y fortalecer
las buenas prácticas de gestión. De ignorar
estos avances, estaremos desaprovechan-
do una oportunidad para acercarnos a un
escenario de paz nacional.
Para asegurar la continuación y la mejora de
la ruta trazada al menos dos elementos son
indispensables; me refiero al fortalecimiento
de la capacidad técnica de las instituciones
nacionales para la búsqueda de personas
desaparecidas y la correcta coordinación en
la operación institucional de las unidades de
investigación, de búsqueda y de atención a
víctimas en México.