1) M éxico
ante la migración internacional y
T rump
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y se encuentra subordinada a las dinámicas
del capital transnacional. Si se retrocede un
poco en el tiempo, señala él, encontramos
que se trata de Estados de posguerra, es decir,
las sociedades centroamericanas arrastran
remanentes estructurales del mal desarrollo, la
desigualdad social y el autoritarismo, profun-
dizados por los efectos del cambio climático.
Las economías se encuentran distorsiona-
das, con un mercado regional desintegrado;
las interacciones económicas y comercia-
les se encuentran subordinadas a nuevos
ejes de acumulación de capital con políticas
económicas aperturistas. Con respecto a
la integración económica centroamericana,
prima una integración de baja intensidad,
con regímenes democrático-electorales ins-
titucionales débiles y poco cohesionados.
Por lo tanto, para Morales, impera un “re-
gionalismo civil débil” con procesos y redes
sociales regionales de poblaciones excluidas,
desarticuladas y subordinadas a estrategias
de sobrevivencia. Del análisis del sistema mi-
gratorio en la región, señala que entre el 11
y 15% de centroamericanos han emigrado al
exterior, pero, más del 50% de la población
depende de ellos por diversas vías. Entre 14
y 20% de la población en edad de trabajar
y de trabajadores calificados han emigrado.
Tres de cada cuatro emigrados se fueron a
Estados Unidos. Uno de cada cuatro es un
migrante transfronterizo en la misma región y
el 50% de los migrantes transfronterizos son
nicaragüenses y están en Costa Rica.
Abelardo Morales considera a Centroaméri-
ca como un sistema migratorio abierto a la
vulnerabilidad (2017: 79) ya que se trata de
una región periférica fuertemente influenciada
por fuerzas transnacionales, caracterizada por
su debilidad estructural e institucional para
atenuar los impactos perversos de la apertura
económica y comercial. Entre los impactos
estructurales de largo plazo se identifica la
profundización de las vulnerabilidades, la des-
igualdad, la exclusión y el riesgo.
Además, las sociedades centroamericanas po-
seen una inserción periférica en la economía
global a través de la venta de mano de obra.
De esta manera, el mercado de trabajo mi-
grante es el eje del subsistema, dependiente de
mercados laborales de los países de destino,
de esa mano de obra en los países del norte
y de algunos mercados regionales emergentes.
Por lo tanto, el sistema de las migraciones en
la región se articula bajo una serie de encade-
namientos estructurales, asociados a distintas
demandas de trabajo. Situación que hace muy
dependiente la estructura económica regional
de las migraciones y de los recursos recibidos
del exterior por concepto de remesas fami-
liares, que representan el 16% del Producto
interno bruto en Honduras y El Salvador, y
11% en Guatemala.