BRUJULA CIUDADANA La reconstrucción en un marco de solidaridad | Page 72
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en línea que, de manera experimental e intui-
tiva, echaron a andar con un simple formato
en línea. Las primeras brigadas salieron, sin
saber exactamente qué iban a encontrar,
cómo iban a llegar y qué tenían que hacer,
cómo se iba a procesar la información y qué
se haría con ella. Las primeras cincuenta peti-
ciones, hay que ser honestos y reales, fueron
cercanas al desastre… no hay culpables. Sin
embargo, los jóvenes cumplieron y hacían lo
que debían hacer, concentrados en sus pan-
tallas y tratando de resolver empíricamente
una tabla de datos y metadatos que no dejaba
de engordar a cada minuto de la jornada. La
impaciencia vino de los líderes de brigada,
profesores arquitectos, listos a salir al campo
de batalla sin armas… ni experiencia. Esa
impaciencia, que rayaba entre la intolerancia
y las prontas acusaciones… nada que no se
resolviera con un:-- “si usted sabe hacerlo
mejor, lo invito a sentarse de este lado, para
que me explique”…. Esa fue la frase de oro
de un joven que esperaba instrucciones de
los adultos experimentados, que tampoco
sabíamos muy bien qué hacer.
Esas primeras tres horas, cercanas al pánico,
fueron mejorando: de tres jóvenes pasaron
a ser seis, luego diez, luego varias decenas.
Tomaron, no solo las calles, sino dominio
de sus territorios virtuales y se expandieron
por las computadoras del Centro de Vincu-
lación. Aquí se hizo patente la presencia de
la verdadera experiencia ante situaciones de
manejo de capital humano, impulso colectivo,
vocación de servicio y oficio de arquitectura