BRUJULA CIUDADANA Fin a la corrupción. el gran desafío | Page 4

Brújula Ciudadana 104 2 advierte que la corrupción en México, desde la esfera pública a la privada, equivale al 18% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Este es un lastre también para el gobier- no federal, pues, de acuerdo con datos del Presupuesto de Egresos de la Federación, el monto que se destina este año para combatir este mal ascendió a los $10’000,400 pesos, el más alto desde 2004, año en el que se empezó a llevar el registro. La corrupción se hizo “normal” en la socie- dad y se extendió la forma sui géneris de ser una persona exitosa bajo el lema que un segmento de la población acuñó en el lema: “el que no transa no avanza”. En este contexto, tanto los funcionarios como la ciudadanía nos hemos convertido en cómplices de facto, mientras no se adop- ten las buenas prácticas que nos permitan demostrar lo contrario. Además, otros efectos que ha provocado la corrupción en la población en general, es la cada vez más creciente desconfianza ciudadana hacia sus autoridades y, por otro lado, el interés público ha sido secuestrado por los intereses privados. Un ejemplo de ello es el dato que arroja la ENCIJ 2017 y que ubica a los gobiernos municipales con 33.3% de la confianza ciudadana; a los gobiernos estatales, con 29.3%; al gobierno federal, con 25.5%; a los legisladores (diputados y senadores), con 20.6%; y a los partidos po- líticos, con 17.8%. El problema de la corrupción es que se trata de un fenómeno que ha sido prohijado y promovido a placer por un régimen político de suyo perverso, en detrimento del bienestar de las mayorías, y que caracteriza por mucho la labor gubernamental de México. Ante los nuevos vientos que soplan en el país, resulta alentador que muy probablemente la corrupción no sólo se enfrentará con los buenos ejemplos o las buenas voluntades, sino que se requiere de instituciones y meca- nismos legales para combatirla y extinguirla. Requerirá de parte de la próxima Administra- ción federal la puesta en vigor de las buenas prácticas de gobierno, como la transparencia y la rendición de cuentas, pero principalmen- te no tolerar más ningún abuso que atente contra la sociedad. Es urgente extirpar este cáncer de nuestra sociedad.