BRUJULA CIUDADANA Fin a la corrupción. el gran desafío | Page 10

Brújula Ciudadana 104 8 Los riesgos del ‘borrón y cuenta nueva’ ¿Cuántas de estas preguntas encontrarán una respuesta con el advenimiento del nuevo gobierno? Sería un error la aplicación de una estrategia de ‘borrón y cuenta nueva’ en la que la corrupción del pasado se olvide y quede impune. Hace medio siglo, el Dr. Salvador Nava Mar- tínez, cuando fue presidente municipal de la capital potosina, solía colocar en un tablero público la información sobre ingresos y gas- tos del ayuntamiento. Llamaba la atención porque se trataba de un caso excepcional, pues en aquel momento la práctica de datos abiertos no existía. Hoy la práctica de datos abiertos y la instru- mentación de la transparencia en las finanzas públicas se impulsa desde distintas platafor- mas. Los organismos de sociedad civil y de la academia escudriñan ingresos y gastos públicos, pero todavía prevalece una concep- ción de la información como patrimonio de quien la controla, no como un insumo para tomar decisiones de política pública. Para sintetizar, vale la pena reiterar que la corrupción no se elimina por decreto, y que la conversión de una persona o su ejemplo aleccionador distan de ser garantía alguna del abatimiento de la corrupción. Aunque cueste más trabajo y no les guste a algunos, es imperativo contar con mecanismos ins- titucionales de transparencia y rendición de cuentas. El inicio del Sistema Nacional Anti- corrupción, trunco y acotado desde el poder, no representa buenos augurios. Tampoco lo son las buenas intenciones por sí mismas, sin mecanismos institucionales de aplicación uni- versal, exigibles, verificables y sancionables. Como lo expresa la Red por la Rendición de Cuentas, se requiere que se apruebe una Política Nacional Anticorrupción que logre transmitir, de manera clara y objetiva, la dimensión del problema de la corrupción, así como del diseño de acciones de política que logren una coordinación transparente y pública de las instancias encargadas de dar seguimiento al quehacer de los funcionarios, incrementar la confianza en la administra- ción pública, generar capacidades de inves- tigación y fortalecer el trabajo de tribunales especializados en combate a la corrupción autónomos del titular del Ejecutivo y mejo- rar el fincamiento de responsabilidades en la materia. Ello sigue siendo una asignatura pendiente, y un componente fundamental de la muy necesaria cultura cívica y ciuda- dana que haga de la vida pública un asunto realmente público.