BRUJULA CIUDADANA Elecciones locales 2017 | Page 9

1. B alance general de las elecciones 7 Estado de México, la posición del presidente del partido se debilitaría, ya que su discurso triunfalista quedaría sin sustento, dando así impulso a las críticas de sus rivales en la lucha por la nominación. Finalmente, el gobierno federal enfrenta la disyuntiva sobre qué tipo de señales enviar al Tribunal Electoral. Puede, por un lado, aferrarse a la victoria para mantener en alto los ánimos del priísmo con miras a la elección presidencial; puede, por otro lado, aceptar la reposición del proceso con el fin de no cancelar los canales de diálogo con Acción Nacional, los cuales serán sin duda impor- tantes para conservar una cierta dosis de gobernabilidad en la recta final del sexenio. Las “deudas” del INE con la democracia electoral Ante este panorama, resulta preocupante la actitud dubitativa mostrada por el INE. No ha logrado establecer con claridad el porcentaje en que fue rebasado el tope de gastos. Dado que la ley estipula que un rebase superior al 5%, aunado a una distancia menor a 5 puntos entre el primer y el segundo lugar, debe dar lugar a la anulación de la elección, la posposición de la decisión no sólo parece fruto del temor a tomar una decisión tan compleja, sino incluso sospechosa. Cuando en 1996 se aprobó una reforma electoral de gran calado que, entre otros cambios, ciudadanizó la organización de las elecciones y dotó de autonomía al Consejo General del IFE, el país parecía encaminarse por la ruta de una democracia electoral que, gracias a la credibilidad de los resultados, do- taba de legitimidad a las autoridades electas. No obstante, a partir de 2006, el panorama electoral empezó a deteriorarse: se socavó la autonomía del Consejo del entonces IFE y los procesos electorales entraron en una dinámica de permanente disputa en virtud de la incapacidad de los actores para recono- cer derrotas o para abstenerse de prácticas violatorias de la ley. En la actualidad, veinte años después, los procesos electo- rales, aunque técnicamente estén bien organizados, distan de ofrecer certidumbre en los resultados. Se han erogado mi- les de millones de pesos en el sistema electoral y se han lle- vado a cabo dos reformas elec- torales que en muy poco han contribuido a la causa de la certidumbre. El Estado de Mé- xico y Coahuila parecen haber dado marcha atrás al reloj, al tiempo que sientan un preocu- pante precedente de cara a la elección presidencial.