Brújula Ciudadana 90
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Para la ciudadanía, queda claro que, en los
hechos, los comicios arrojan muy poca cer-
teza para constatar los avances democráti-
cos alcanzados en las últimas dos décadas
producto de luchas cívicas y, en cambio, sí
atestigua una regresión que es un claro riesgo
para la democracia.
En ese contexto, es pertinente que la ciu-
dadanía levante la voz de nueva cuenta para
cuestionar a la clase política (gobierno y parti-
dos políticos), si la pluralidad como elemento
central de la democracia es un factor que
dota de legitimidad a gobiernos electos con
un nivel de votación cercano al 30% -en el
mejor de los casos, pero sobre todo si el
resultado de los comicios es aceptado por
todos los contendientes, o si prima la incer-
tidumbre sobre un resultado viciado y cuya
legitimidad, finalmente, se valora y garantiza
por la vía judicial.
Existe la percepción de que en estas elec-
ciones locales se vivió un gran retroceso
por parte de las instituciones responsables
de organizarlas, fiscalizarlas y dictaminarlas.
Frente a esta realidad, urge que todos los
actores, principalmente los partidos políticos
y el gobierno, pongan toda su voluntad para
respetar las normas y reglas antes, durante
y después de las elecciones.
De no tomarse con la debida seriedad esta
situación, lo cual implica adoptar todas las
medidas necesarias para garantizar que las
elecciones sean equitativas y tengan certi-
dumbre, puede llevarnos a un entorno donde
la violencia se irá agudizando, la protesta
puede tornarse violenta y las violaciones a los
derechos humanos pueden incrementarse.
No dejemos que el país se nos vaya de las
manos, sangrando.
Es necesario evitar que la ley siga cumpliéndose
a medias, como hasta hoy, sino que se aplique
igual para todos y todas.