BRUJULA CIUDADANA Elecciones locales 2017 | Page 18

Brújula Ciudadana 90 16 zación de las elecciones federales se dejó en manos del Consejo General y de los consejos distritales y locales con la pretensión original de que fueran integrados por ciudadanos y ciudadanas sin militancia partidaria. A partir de esa reforma, funcionan en el ahora INE dos estructuras: por una parte, la constituida por los Concejos “ciudadanos” desde el general, más los locales y distritales y, por otra, la integrada por las Juntas eje- cutivas también en los tres niveles, general, local y distrital. Estas dependen del Secre- tario Ejecutivo del Consejo General, están conformadas por personas del servicio pro- fesional electoral y son las que se encargan, bajo los lineamientos del Consejo General y el acompañamiento y supervisión de los concejos locales y distritales, de organizar los procesos electorales en todo el país. Es decir, el funcionamiento del INE se montó sobre dos pilares: por un lado, el pilar de participación ciudadana independiente de los partidos políticos y, por otro lado, el pilar de los profesionales electorales. Se reconocía de origen la complejidad de la organización de los procesos electorales y, por ello, se mantuvo la presencia de una gran parte de las personas que se habían formado dentro de la estructura profesional de la vieja Comisión Federal Electoral. A lo largo de los últimos 20 años, las or- ganizaciones ciudadanas que mantenemos algún interés en los procesos electorales hemos defendido la autonomía del ahora INE respecto no sólo de los gobiernos en turno, sino también de los partidos políticos. Pretendíamos que el servicio profesional electoral fuese liberándose de su anterior subordinación al Partido Revolucionario Ins- titucional y que su amplia experiencia en la organización de elecciones se volcara en beneficio de procesos confiables, transpa- rentes y limpios. Alarmantes retrocesos en la autonomía de las autoridades electorales Sin embargo, la trayectoria seguida ha sido exactamente en sentido contrario en dos aspectos. Primero, si bien se liberó al IFE, ahora INE, de su sometimiento al gobierno federal, su Consejo General se encuentra actualmente sometido y conformado en su mayoría por representantes de los partidos políticos o que aceptan las negociaciones e intercambios entre estos para no cumplir con la ley. Desde su creación el Consejo General del Instituto se ha preocupado más por satis- facer los intereses de los partidos políticos