BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Page 4

Brújula Ciudadana 108 2 A pesar de que se realizó previamente un foro en el que se recogieron impresiones y apor- taciones de diversos actores de la sociedad civil, se ha confirmado que las consultas a la ciudadanía se han ido desgastando, pues ese foro solo sirvió para cumplir con la norma. En los hechos, discutir el Plan Nacional de Desarrollo implicará un ejercicio de legiti- mación del documento para los legisladores, pues se someterá a un proceso de armo- nización entre aspiraciones de campaña y las pretensiones y objetivos sexenales que perfilan nuevas prioridades de política pública y de gobierno, de impartición de justicia y de un verdadero Estado de Derecho. En concreto, será un rito político similar al de sexenios anteriores cuando una vez publica- do, se cumplió con el requisito constitucional para que el gobierno en turno contara con un PND, que la mayoría de las veces quedó en el olvido, sin seguimiento, monitoreo alguno ni evaluación de resultados. Al final, los com- promisos establecidos en el documento se diluyen con distintas justificaciones o razones políticas y presupuestales, y sin responsabi- lidad alguna de las autoridades o entidades responsables de darle cumplimiento. A la par, es preciso mencionar que tam- bién habrán de definirse los cómo y con qué recursos podrá cumplirse la ambiciosa agenda que ha sido planteada en el PND, pues aun cuando se trate de metas previs- tas para los próximos seis años, el gobierno deberá ajustar sus objetivos presupuestales para contar con los recursos que le permitan cubrir sus prioridades o simplemente incu- rrir en la vieja práctica de administraciones precedentes de “jalar la cobija” para atender algunas prioridades a costa de “descobijar” otras necesidades. Es decir, habrán de confrontarse los números y la realidad, para saber hasta dónde alcanzarán los recursos presupuestales, más allá de los buenos deseos, aunque en el papel se exponga el cumplimiento de metas reales o maquilladas, a pesar de que la realidad confirme lo contrario. Lo anterior porque aun cuando se estima destinar $4,147,422.8 millones de pesos al gasto programable (de los cuales $351,738.2 millones corresponden al rubro Gobierno; $1,167,575.4 millones a desarrollo econó- mico; y $2,628,109.2 millones a desarrollo