BRUJULA CIUDADANA El Ejecutivo y su curva de aprendizaje | Page 51

3) S eguridad y justicia 49 Esta reforma adiciona nueve categorías delictivas al catálogo de prisión pre- ventiva oficiosa, medida que descansa sobre la base de enlistar determinados delitos como “graves” de los cuales no existe un sustento de la ponderación y selección de estos, y de los objetivos y metas de la medida en sí. Catego- rizar a los delitos como graves tiene la finalidad de encarcelar a las personas sospechosas de cometerlos, sin derecho a llevar su proceso en libertad en tanto se dicta una sentencia condenatoria, es una práctica característica del sistema tradicional de corte inquisitivo que desde la reforma al sistema de justicia penal de 2008 se ha buscado eliminar, debido a su nula eficacia derivada de al menos las siguientes razones: 1) Subsidia la incapacidad in- vestigadora de las policías y de argumentación de los fiscales ante los jueces, con los que merma la capacidad de lograr acusaciones sólidas y sentencias condenatorias que castiguen a los culpables; 2) Es un incentivo perverso para la fabricación de falsos culpables, con la consecuente saturación de la población carcelaria, la cual eventualmente se debe dejar en libertad por la debilidad en la investigación y acusación, y 3) No contribuye a disminuir la incidencia delictiva (contrario a lo que ha planteado el presidente), evidencia de ello es el delito de homicidio doloso, que siempre ha tenido contemplada a la prisión preventiva oficiosa, y lejos de disminuir, esta conducta delictiva va en aumento año con año. Otro tema, que desalienta y preocupa de igual manera, es la reciente de- signación del Fiscal General de la República, proceso que se realizó con premura y que se percibe como una simulación, o proceso a modo, para favorecer la designación de un personaje cercano al presidente, y no como un genuino mecanismo de selección de perfiles con base en el mérito por trayectoria y conocimientos, particularmente respecto del modelo penal acusatorio, el cual presenta enormes retos para la Fiscalía en su quehacer cotidiano. Quien lidere a la institución debe dimensionar y tener claridad en el rumbo (por trazar) que la institución debe seguir. Actualmente el Fiscal tiene dos retos: 1) El plan de transición de Procuraduría a Fiscalía y 2) El plan de persecución penal, ambos acordes con el modelo penal acusatorio.