BRUJULA CIUDADANA El Ejecutivo y su curva de aprendizaje | Page 17
1) E conomía
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La definición de competitividad usada como
estándar internacional es: la capacidad de
atraer y retener inversión. Los ciclos eco-
nómicos en México están íntimamente vin-
culados con la evolución de la economía
estadounidense y, en particular, con el sector
manufacturero al norte del río Bravo. Cuan-
do miramos el horizonte, las perspectivas
distan de ser halagüeñas, pues la actividad
económica en el país vecino empieza a des-
acelerarse y, por lo tanto, el impacto en Mé-
xico será en el mismo sentido.
Históricamente, en México los inversionistas
del sector privado aguardan la evolución de
la inversión pública para tomar sus decisiones
de inversión. Si la inversión pública se retrae,
la inversión privada cae; cuando aquella se
incrementa, esta sigue un derrotero similar.
Sin embargo, está más que probado que la
inversión pública en ningún caso es suficiente,
ni puede sustituir a la inversión privada.
Históricamente, los factores que estimulan
la inversión han sido la certidumbre, estabi-
lidad y universalidad de las reglas de juego;
la estabilidad macroeconómica; la confianza
en los gobernantes; y la cancha pareja en la
impartición de justicia.
Los factores que ahuyentan la inversión son
los cambios caprichosos en las reglas del
juego; la inestabilidad macro (inflación, deva-
luación); la desconfianza en los gobernantes;
y los sesgos en la impartición de justicia.
Hay 25 proyectos prioritarios del gobierno
federal. En el sureste se trata, fundamental-
mente, de la construcción de infraestructura:
el tren Maya, la plantación de árboles frutales
y maderables en un millón de hectáreas, así
como las construcciones del Puerto Chiapas
y el corredor transoceánico (entre Coatza-
coalcos en el Golfo de México y Salina Cruz
en la costa del Pacífico). Está, además, la
construcción de caminos rurales, la cobertura
de Internet en todo el país, el desarrollo ur-
bano en colonias marginadas, y el incremento
en la producción de energía eléctrica, entre
otros muchos.
Estos proyectos de inversión se planea fi-
nanciarlos con dinero público, mediante
asignación de partidas en el Presupuesto de
Egresos de la Federación. Si bien la inten-
ción es loable, la instrumentación de estos
proyectos de inversión luce bastante más
compleja, pues muchos de ellos carecen de
sustentación técnica y de estudios de facti-
bilidad económica y financiera.
Por lo que toca al sector energético, donde
los proyectos de inversión deberán estar sus-
tentados en asociaciones público-privadas,
hay un gran signo de interrogación respecto
de la evolución de la inversión. El caso de