Boletín SUAyED Psicología marzo-abril Noviembre 2018 | Page 10

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La Psicología empezó a tener la necesidad de dar reporte numérico de los fenómenos estudiados, es así que encontramos lo que nos indican Cepeda, López, Plancarte, Moreno y Alvarado (2000), quienes retoman un planteamiento de Galileo que precisa que se debe medir lo medible y tratar de hacer medible lo que no lo es.

Cuando en Psicología nos orientamos a realizar una medición tenemos que tener presentes las características de los objetos, las situaciones, los eventos, sujetos o conductas a medir. Dado que dependiendo de las características de los mismos, se estarán condicionando posteriormente los procedimientos estadísticos a los cuales se someterán (Pardo & Ruiz, 2002).

Al hablar de las características de los numerales que se usan y su correspondencia con las dimensiones de aquello que medimos, Silva y Nava (2004) citan el término isomorfismo; concepto que se entiende como semejanza o identidad de la forma. Relacionado con este término podemos encontrar los señalamientos de Poincaré, cuando nos habla de la Topología, que en nuestro caso consideramos se vincula con la relación funcional que existe entre el numeral que usamos en algún momento, y las características de los objeto a los cuales se le asigna; mismas que determinarán la escala de medición en la que se encuentra. Precisamente sobre las escalas de medición versa el presente documento.

Recuperando lo que Kerlinger y Lee (2002), Silva (2004) y Clark-Carter (2002), comentan en torno a las variables, podemos indicar que son aquellas situaciones o temas de interés para el investigador que metodológicamente se conocen también como constructo. Se asume que estas variables, aunque suene redundante varían, y el investigador al observarlas o medirlas en los sujetos o población de interés les asignará un valor, tales entidades pueden tener más de un valor; aunque conviene puntualizar que los valores no forzosamente serán numéricos.

Ahora bien, es necesario precisar que las variables a su vez, pueden asumir distintas categorías en función de los valores asignados, del control que puede ejercer el investigador, con la posibilidad de ser controladas y con la relación que establecen con otras variables; estas categorías no son excluyentes entre sí, de modo tal que una variable puede ser asignada a distintas categorías.

Dentro de las categorías que pueden asumir las variables encontramos las siguientes:

A) Variable Dependiente o Independiente: Esta primer categoría se establece con base en un relación funcional o causal, es decir los valores de una variable van estar supeditados por los valores de la otra variable. Implica hablar de causa y consecuencia o de acción y reacción (como señala la primer ley de Newton). De tal modo, la variable independiente es aquella que provoca cambios en otra variable (la variable dependiente) y la variable dependiente es aquella que presenta cambios o variaciones como consecuencia de la exposición a otra variable (independiente). No olvidemos que esta relación no es estática por lo cual, en función de la relación que se establezca entre las variables en cuestión tendremos que una misma variable puede ser dependiente o independiente según la relación que establezca con la otra variable implicada en la ecuación.

B) Variable Dicotómica o Politómica. Esta categoría se establece con base en el número de valores que podemos asignar a una variable, de modo tal que cuando sólo podemos asignar dos valores dadas las características de la variable, se asume que la variable es politómica, pensemos por ejemplo en definir una calificación como “Aprobatoria” o “No aprobatoria”, hablamos aquí precisamente de una variable dicotómica, ahora considerando la misma variable calificación pero considerando que asignamos valores de 5 a 10 tal variable sería politómica.

C) Variable Atributiva o Activa. En esta categoría la diferencia radica en el control que el investigador puede ejercer sobre la variable en cuestión. En el caso de las variables atributivas el investigador no tiene control alguno sobre ellas, siendo por lo regular características de los participantes o situaciones del estudio en cuestión (atributos), como puede ser el caso del sexo o edad de los participantes o sí la escuela de procedencia del participante es pública o privada. Mientras que la variable activa el investigador tiene pleno control sobre esta, un claro ejemplo es el tipo de intervención o intervenciones que estudiadas para identificar su efecto sobre una población.

D) Variable Continua o Discreta. La diferencia en esta categoría se encuentra en la relación entre cada uno de los valores que podemos asignar, siendo una variable continua aquella que puede asumir un valor que pertenece a un conjunto ordenado de valores, donde hay una secuencia lógica y racional entre ellos, un claro ejemplo podría ser la edad, lo cual permite determinar una magnitud al asignar un valor, es el caso de la calificación obtenida en un examen; mientras que será discreta aquella variable en la que el valor asignado no permita calcular la magnitud sino simplemente la pertenencia a una categoría o grupo, como podría ser el caso de la religión.

E) Variable Mediadora o Moderadora. Esta categoría se relaciona con la primer categoría presentada (VI-VD), pues el considerar a una variable como mediadora o moderadora dependerá de la posibilidad que afectar la relación causal que existe entre un par de variables. De modo tal que una variable es moderadora cuando al estar implicada puede alterar la magnitud del efecto que tiene una variable independiente sobre una dependiente. Cuando observamos que es independiente afecta a una primer variable antes de afectar a la variable dependiente y la variable dependiente será afectada indirectamente, esa variable intermedia se considera mediadora (Ato & Vallejo, 2011).

A manera de conclusión podemos recuperar lo señalado al inicio del texto, la Psicología se ganó un lugar entre las ciencias hasta el momento en que empezó a hacer uso del método experimental y tener datos que permitieron desarrollar modelos matemáticos para explicar los comportamientos humanos de interés, comportamientos que metodológicamente empezaron a ser denominados variables.

Finalmente es conveniente considerar que el dominio de temas como este pueden ir preparando al alumno para los estudios de posgrado, dado que los posgrados tienen un considerable sesgo metodológico y el estudiante se enfrenta a una constante demanda de saberes metodológicos y estadísticos, por encima de los principios teóricos de la disciplina.

La Psicología a partir de su reconocimiento como ciencia, y tras haberse establecido el primer laboratorio por Wundt en Alemania (Garret, 1975), ha adoptado el método experimental como estrategia para el desarrollo de nuevos saberes así como de modelos que expliquen la realidad. Esta condición fue resultado, por así decirlo, de la influencia de la física y de otras ciencias naturales, dando como fruto inicial el desarrollo de la Psicofísica.

Los estereotipos enfatizan la construcción de dos moldes extremos y opuestos: masculino y femenino donde sólo se puede ser uno u otro, es decir, que todo aquello considerado como femenino no está permitido para lo que es masculino y al estar lo primero relacionado a la mujer y lo segundo al hombre, básicamente hacen un enfrentamiento. La cultura será quien determine que es apropiado e inapropiado, moral e inmoral, saludable o enfermo (Álvarez-Gayou, 2006)

Estas ideas de cómo se debe ser, atraviesan las experiencias de las personas haciéndolas vulnerables cuando el molde asignado para su condición como grupo no encaja. La adolescencia, etapa de la vida considerada como crucial para la formación de una identidad, es especialmente sensible a las figuras estereotipadas que se han construido para ese momento de la vida y grupo en específico. Las áreas más bombardeadas son las relaciones afectivas, sexuales, las formas de ser masculino/a y femenino/a, pues aunque en la actualidad se les permite tener alguno de los dos matices de género, aún se enmarca en qué aspectos y medida. Más allá de lo evidente ¿Cuál es el problema de los estereotipos en la adolescencia y la formación de su identidad?

En su configuración, los estereotipos no hacen figura como elementos a reflexionar o lo están tenuemente en el vivir de las personas, pues no son adquiridos por medio de la experiencia ni de la razón sino que se transmiten y replican por medio de la socialización (Amurrio, Larrinaga, Usategui y Del Valle, 2012). Como lo diría Judith Butler, preformando una y otra vez como “se debe ser” haciendo lo culturalmente establecido un destino para las personas (Butler, 2017).

La adolescencia es una de las etapas más importantes en la formación de la identidad. Es un periodo en el que se presentan modificaciones profundas: un acelerado crecimiento físico y cambios en la forma del cuerpo, la búsqueda de un lugar propio en la sociedad, nuevas herramientas de pensamiento para abordar las problemáticas y de entender la realidad y la vida. Dichos procesos estarán irremediablemente acompañados por los estereotipos establecidos en ese momento (Delval, 1994).

El inconveniente no es necesariamente esa forma de ser que se ha impuesto como la mejor o la ideal, pues sin duda habrá varias personas que quepan en ella, la inconformidad es que sea la única y que su sola existencia desplace a las otras convirtiéndolas en lo raro, feo, desagradable, poco común y más adjetivos descalificadores que se puedan sumar. El problema no es que sean falsos es que son verdades incompletas. Las personas que se encuentren en el poder (económico, racial, de género, etc.) darán la posibilidad a una historia de ser la única y más conveniente para mantener su estatus. El hecho de que se cuente una sola historia de cómo se puede ser, nos hace vulnerables, especialmente cuando se es adolescente. Narrar una única forma de vivirse crea estereotipos que enfatizan en las diferencias, y que en la vida real pocos pueden identificarse (Ngozi, 2009).

La propuesta es que se pueda existir tal y como se es, dar la posibilidad a los y las jóvenes de identificarse con figuras que se parezcan a ellos/ellas; diversas preferencias genéricas, tonos de piel, costumbres, gustos, ideales, etc. Este cometido se ha logrado contando otras historias, otras formas de estar, haciendo equilibro, hecho que dará y ha dado poder y humanidad.

Las variables en Psicología

Oscar Iván Negrete Rodríguez

La Psicología empezó a tener la necesidad de dar reporte numérico de los fenómenos estudiados, es así que encontramos lo que nos indican Cepeda, López, Plancarte, Moreno y Alvarado (2000), quienes retoman un planteamiento de Galileo que precisa que se debe medir lo medible y tratar de hacer medible lo que no lo es.

Cuando en Psicología nos orientamos a realizar una medición tenemos que tener presentes las características de los objetos, las situaciones, los eventos, sujetos o conductas a medir. Dado que dependiendo de las características de los mismos, se estarán condicionando posteriormente los procedimientos estadísticos a los cuales se someterán (Pardo & Ruiz, 2002).

Al hablar de las características de los numerales que se usan y su correspondencia con las dimensiones de aquello que medimos, Silva y Nava (2004) citan el término isomorfismo; concepto que se entiende como semejanza o identidad de la forma. Relacionado con este término podemos encontrar los señalamientos de Poincaré, cuando nos habla de la Topología, que en nuestro caso consideramos se vincula con la relación funcional que existe entre el numeral que usamos en algún momento, y las características de los objeto a los cuales se le asigna; mismas que determinarán la escala de medición en la que se encuentra. Precisamente sobre las escalas de medición versa el presente documento.

Recuperando lo que Kerlinger y Lee (2002), Silva (2004) y Clark-Carter (2002), comentan en torno a las variables, podemos indicar que son aquellas situaciones o temas de interés para el investigador que metodológicamente se conocen también como constructo. Se asume que estas variables, aunque suene redundante varían, y el investigador al observarlas o medirlas en los sujetos o población de interés les asignará un valor, tales entidades pueden tener más de un valor; aunque conviene puntualizar que los valores no forzosamente serán numéricos.

Ahora bien, es necesario precisar que las variables a su vez, pueden asumir distintas categorías en función de los valores asignados, del control que puede ejercer el investigador, con la posibilidad de ser controladas y con la relación que establecen con otras variables; estas categorías no son excluyentes entre sí, de modo tal que una variable puede ser asignada a distintas categorías.

Dentro de las categorías que pueden asumir las variables encontramos las siguientes:

A) Variable Dependiente o Independiente: Esta primer categoría se establece con base en un relación funcional o causal, es decir los valores de una variable van estar supeditados por los valores de la otra variable. Implica hablar de causa y consecuencia o de acción y reacción (como señala la primer ley de Newton). De tal modo, la variable independiente es aquella que provoca cambios en otra variable (la variable dependiente) y la variable dependiente es aquella que presenta cambios o variaciones como consecuencia de la exposición a otra variable (independiente). No olvidemos que esta relación no es estática por lo cual, en función de la relación que se establezca entre las variables en cuestión tendremos que una misma variable puede ser dependiente o independiente según la relación que establezca con la otra variable implicada en la ecuación.

B) Variable Dicotómica o Politómica. Esta categoría se establece con base en el número de valores que podemos asignar a una variable, de modo tal que cuando sólo podemos asignar dos valores dadas las características de la variable, se asume que la variable es politómica, pensemos por ejemplo en definir una calificación como “Aprobatoria” o “No aprobatoria”, hablamos aquí precisamente de una variable dicotómica, ahora considerando la misma variable calificación pero considerando que asignamos valores de 5 a 10 tal variable sería politómica.

C) Variable Atributiva o Activa. En esta categoría la diferencia radica en el control que el investigador puede ejercer sobre la variable en cuestión. En el caso de las variables atributivas el investigador no tiene control alguno sobre ellas, siendo por lo regular características de los participantes o situaciones del estudio en cuestión (atributos), como puede ser el caso del sexo o edad de los participantes o sí la escuela de procedencia del participante es pública o privada. Mientras que la variable activa el investigador tiene pleno control sobre esta, un claro ejemplo es el tipo de intervención o intervenciones que estudiadas para identificar su efecto sobre una población.

D) Variable Continua o Discreta. La diferencia en esta categoría se encuentra en la relación entre cada uno de los valores que podemos asignar, siendo una variable continua aquella que puede asumir un valor que pertenece a un conjunto ordenado de valores, donde hay una secuencia lógica y racional entre ellos, un claro ejemplo podría ser la edad, lo cual permite determinar una magnitud al asignar un valor, es el caso de la calificación obtenida en un examen; mientras que será discreta aquella variable en la que el valor asignado no permita calcular la magnitud sino simplemente la pertenencia a una categoría o grupo, como podría ser el caso de la religión.

E) Variable Mediadora o Moderadora. Esta categoría se relaciona con la primer categoría presentada (VI-VD), pues el considerar a una variable como mediadora o moderadora dependerá de la posibilidad que afectar la relación causal que existe entre un par de variables. De modo tal que una variable es moderadora cuando al estar implicada puede alterar la magnitud del efecto que tiene una variable independiente sobre una dependiente. Cuando observamos que es independiente afecta a una primer variable antes de afectar a la variable dependiente y la variable dependiente será afectada indirectamente, esa variable intermedia se considera mediadora (Ato & Vallejo, 2011).

A manera de conclusión podemos recuperar lo señalado al inicio del texto, la Psicología se ganó un lugar entre las ciencias hasta el momento en que empezó a hacer uso del método experimental y tener datos que permitieron desarrollar modelos matemáticos para explicar los comportamientos humanos de interés, comportamientos que metodológicamente empezaron a ser denominados variables.

Finalmente es conveniente considerar que el dominio de temas como este pueden ir preparando al alumno para los estudios de posgrado, dado que los posgrados tienen un considerable sesgo metodológico y el estudiante se enfrenta a una constante demanda de saberes metodológicos y estadísticos, por encima de los principios teóricos de la disciplina.

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