Al recordar cada paso y proceso desde que fui aceptada en la UNAM para iniciar una carrera dentro del SUAyED encuentro mucha satisfacción y dicha por todo el aprendizaje que he obtenido no solo en mis materias, sino también sobre el enigma de estudiar en línea, así como interactuar con mis compañeros e incluso conmigo misma. Hablar sobre de estudiar fuera de un plantel tiene muchos preceptos que solamente puedes aclarar cuando lo vives.
Una de las suposiciones más recurridas es que al estudiar a distancia va a ser más fácil porque no tendría quien me presionara, sin embargo, en el camino de llevar 6 materias e incluso haberme inscrito a algunos cursos me di cuenta de que era una mentira. El tener plazos para la entrega de actividades me obligaron a formar un cronograma de estudio, el no contar con un profesor que me explicara la información verbalmente me hizo exigirme y no conformarme con las lecturas que me proporcionaban además aprender a investigar formándome en el autoestudio.. Y es que es fácil conjeturar que el no tener alguien frente a ti te da libertad para no demandarte, pero para mí eso no es una opción ya que mi meta es ser una profesionista con estándares altos de calidad, por lo que desenvolverme en este periodo ha sido un reto. Al darme la oportunidad de estudiar en esta modalidad, uno de los primeros desafíos que me hizo sentir mucha frustración fue no saber organizarme o no saber cómo acomodar mis tiempos para cada materia o lectura; claro que mi angustia fue disminuyendo a medida que comprendí que no solo tenía que leer y hacer actividades, también analizar el objetivo de la asignatura y cómo es que iba a asimilar mejor los temas con base en el material que nos proporcionan y a la investigación que yo tuviera que realizar.
También, a lo largo del semestre me di cuenta que muchos subestiman este tipo de sistemas y muchos compañeros desisten, pero también conocí a personas con la misma pasión que yo por el aprendizaje y nuestra carrera, que pese a la distancia pudimos conocernos y hacer un equipo de trabajo sólido, adaptando nuestros sueños en común, valorando todos los beneficios de ser puma, los cursos, las prácticas, la calidad y el renombre de pertenecer a la máxima casa de estudios.
Gracias a esto considero que mi aprendizaje fue más grato de lo que esperaba y fue lo necesario para sacar lo mejor de mí, y seguirá siendo así por pertenecer a una de las mejores instituciones educativas a nivel mundial.
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Crystal Jazmín García García
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