Boletín SUAyED MAYO | Page 25

El estudio de la moral como parte

de las funciones del psicólogo

El campo disciplinar de la Psicología se encuentra en un proceso de transición derivado de los cambios mismos que se viven en nuestra sociedad. Además de las áreas tradicionales en las que el psicólogo ha venido desempeñándose, ahora se tienen que considerar una serie de problemáticas sociales que nacen a partir de usos y costumbres característicos de nuestra época. Por ejemplo, el uso excesivo de las redes sociales y los dispositivos móviles, ¿en qué momento o en qué punto podría ser considerado una adicción? Sin duda, esta “nueva adicción” solo pudo derivarse de la combinación de diferentes factores tanto sociales, económicos y tecnológicos que son propios del momento histórico que nos ha tocado vivir. En este sentido, una tarea primordial para el psicólogo es el estudio, el análisis y la comprensión de la sociedad en la que vive y a partir de esto generar las estrategias de trabajo específicas para su práctica profesional. Es decir, es necesario conocer la moral de nuestra sociedad. La moral es “un hecho universal e inevitable. No se conoce ninguna cultura o grupo humano que carezca de normas morales o de un código moral por elemental que este sea. En todas las sociedades existen conductas y formas de vida que son preferidas, aceptadas o alabadas y otras que son rechazadas o denigradas, porque se entiende que no promueven la convivencia y la supervivencia del mismo grupo social (Ferrer, & Álvarez, 2005).”

Siguiendo con esta definición de moral, podemos dividir en dos grandes grupos las conductas morales: aceptadas y no aceptadas. En el campo de la psicología, las conductas morales no aceptadas, son todas aquellas que salen de la “norma” o “patrón” y que afectan en menor o mayor medida a la persona, a su familia y/o su entorno. Y por lo tanto, requieren de atención psicológica.

De aquí se desprende una pregunta esencial: ¿todas las conductas morales aceptadas, son benéficas para la salud mental de las personas? Por ejemplo, el consumismo es una conducta moral aceptada, al grado de que México es el país de Latinoamérica con el mayor número de centros y plazas comerciales, pero, ¿tendrá esta práctica alguna afectación en salud mental de las personas?

Por lo tanto, una de las funciones del psicólogo en la sociedad contemporánea es involucrarse en la reflexión y análisis de aquellas conductas morales aceptadas que potencialmente pueden derivar en un trastorno mental. Es, tendría que decir, éticamente necesario que empiece a hacerlo.

Referencia bibliográfica:

•Ferrer, J., & Álvarez, J. (2005). Para fundamentar la bioética. Teorías y paradigmas teóricos en la bioética. Madrid: Descleé de Brouwe

Emmanuel Arkad Pérez Guzmán

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La moral es “un hecho universal e inevitable. No se conoce ninguna cultura o grupo humano que carezca de normas morales o de un código moral por elemental que este sea. En todas las sociedades existen conductas y formas de vida que son preferidas, aceptadas o alabadas y otras que son rechazadas o denigradas, porque se entiende que no promueven la convivencia y la supervivencia del mismo grupo social (Ferrer, & Álvarez, 2005).”

Siguiendo con esta definición de moral, podemos dividir en dos grandes grupos las conductas morales: aceptadas y no aceptadas. En el campo de la psicología, las conductas morales no aceptadas, son todas aquellas que salen de la “norma” o “patrón” y que afectan en menor o mayor medida a la persona, a su familia y/o su entorno. Y por lo tanto, requieren de atención psicológica.

De aquí se desprende una pregunta esencial: ¿todas las conductas morales aceptadas, son benéficas para la salud mental de las personas? Por ejemplo, el consumismo es una conducta moral aceptada, al grado de que México es el país de Latinoamérica con el mayor número de centros y plazas comerciales, pero, ¿tendrá esta práctica alguna afectación en salud mental de las personas?

Por lo tanto, una de las funciones del psicólogo en la sociedad contemporánea es involucrarse en la reflexión y análisis de aquellas conductas morales aceptadas que potencialmente pueden derivar en un trastorno mental. Es, tendría que decir, éticamente necesario que empiece a hacerlo.

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Consideraciones bioéticas en Psicología