Boletín SUAyED AGOSTO | Page 16

En ambos casos, parte de la información obtenida, no sólo está relacionada con factores que afectan la salud mental del individuo, sino que también podría estarlo con aspectos legales que involucran a terceros y por lo tanto, dadas las características de estas problemáticas, también podría verse amenazada la integridad física del paciente.

Una vez que se logra establecer un vínculo de confianza, entra en juego un elemento ético fundamental en el ejercicio profesional: la confidencialidad. La confidencialidad es el compromiso que establece el psicólogo de resguardar la intimidad del paciente y de utilizar toda la información proporcionada para mejorar su salud mental. Es importante mencionar que, conforme el proceso terapéutico avanza, el vínculo de confianza crece y por ende el paciente se siente seguro de compartir su historia, lo cual lo coloca en una situación vulnerable, por lo que, el psicólogo tiene que asumir la responsabilidad que conlleva ser poseedor de esta información y garantizar el uso de esta solo en beneficio del proceso terapéutico.

En los códigos éticos tradicionales de profesiones como la medicina, a la confidencialidad se le conoce como secreto profesional, y aunque se hace referencia a no divulgar información sobre la intimidad del paciente, el concepto de confidencialidad se ha podido relacionar con el momento histórico que vivimos, el estado actual de conocimiento en torno a derechos humanos y con los diferentes campos de conocimiento, como la bioética, que están enfocados al estudio de los conflictos derivados de la relación entre las ciencias médico – biológicas y de la salud, la biotecnología y la vida.

La confidencialidad en la atención psicológica de trata de personas y prevención del suicidio

Emmanuel Arkad Pérez Guzmán

Consideraciones bioéticas en Psicología

en torno a derechos humanos y con los diferentes campos de conocimiento, como la bioética, que están enfocados al estudio de los conflictos derivados de la relación entre las ciencias médico – biológicas y de la salud, la biotecnología y la vida.

Sin embargo, muy probablemente habrá situaciones en las que el profesional de la psicología se encuentre ante la disyuntiva de romper su compromiso de confidencialidad, faltar a la confianza otorgada por el paciente y hacerse responsable de las consecuencias que se deriven por revelar información recopilada en el proceso terapéutico. Por lo tanto, podemos decir que se encuentra ante un dilema ético, que para resolverlo se tienen que considerar algunos factores como:

1. Que no esté obligado por la ley para hacerlo

2. Que la integridad física del paciente no se vea amenazada

3. Que el paciente se vea beneficiado con esta acción

Solo ante estas excepciones se vería obligado a mostrar información sobre su paciente, aunque es recomendable plantear el caso ante un comité de ética institucional, local o estatal antes de tomar alguna determinación, particularmente en casos de trata de personas o en la prevención del suicidio.

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La atención psicológica a víctimas de la trata de personas o en la prevención del suicidio supone un manejo sumamente cuidadoso de la información obtenida por el profesional de la psicología. Parte del proceso terapéutico tiene que centrarse en establecer una relación de confianza con el paciente para que le brinde información fidedigna y precisa sobre su situación.