Boletín Konecta-T Edición Junio Edición Junio | Page 16

Su hoja de ruta para la vida en el espíritu / POR COLLIN SMITH Hace algún tiempo, me encontré con la historia real de un hombre sentenciado a prisión porque era un ladrón. Mientras estuvo allí, abrió su corazón y se convirtió en una nueva creación en Jesucristo. Cuando llegó el momento de su liberación, sabía que estaría tentado a volver a su antiguo modo de vida. Sus amigos tratarían de atraerlo de vuelta, y él sabía que no sería fácil romper los patrones del pasado. Lo primero que quería hacer al momento de la liberación era adorar. Entonces, en su primer domingo por la mañana, se dirigió a un viejo edificio de la iglesia y se sentó en la última fila. Mientras miraba a su alrededor, notó una placa inscrita con las palabras de los Diez Mandamientos. Sus ojos se posaron en palabras que parecían condenarlo: "No robarás" (Éxodo 20:15). "Es lo último que necesito, pensó.  Conozco mi debilidad, mi fracaso y la lucha que tendré que librar debido a mi antiguo modo de vida". A medida que avanzaba el servicio y el hombre seguía mirando las palabras en la placa, parecían tomar un nuevo significado que no había visto antes. En el pasado, solo había conocido estas palabras como una orden prohibitiva: "No robarás". Pero ahora, parecía que Dios estaba hablando estas palabras como una maravillosa promesa: "¡No robarás!" Parecía que Dios estaba diciendo "Eres una nueva creación en Cristo, y por esta razón no volverás a tu antiguo estilo de vida. El Espíritu Santo vive en ti y te guiará en una nueva vida en la que ya no robarás ". Espejo su personaje Esa historia arrojó nueva luz sobre los Diez Mandamientos para mí. Me ayudó a entender el gran propósito de Dios para todos los que están en Cristo,  "que los justos requisitos de la ley se cumplan en nosotros, que no andamos según la carne sino según el Espíritu" (Romanos 8: 4). El Espíritu Santo es dado a los creyentes para que podamos seguir una vida en la cual, por la gracia de Dios, no robemos, asesinenmos, adulteremos ni demos falso testimonio. En cambio, nos contentaremos y honraremos a nuestros padres porque amamos a Dios tal como es, confiamos y veneramos su nombre, le ofrecemos nuestro trabajo y nuestra adoración, y lo honramos como el soberano Señor de nuestras vidas. El llamamiento distintivo de los redimidos de Dios es que debemos reflejar su carácter en el mundo. Los Diez Mandamientos exponen cómo se ve esto. Si preguntas por qué no debemos cometer adulterio, la respuesta es que Dios es fiel. Si preguntas por qué no debemos codiciar, la respuesta es que Dios está contento consigo mismo. 15