Creó herramientas didácticas en función de las necesidades que surgían en el aula. Implementó el “cuadernillo de pensamientos propios” en los que los niños podían escribir y dibujar espontáneamente. Luego el docente hacía una devolución. El salón estaba dividido en sectores de periodismo, cine, pinturas, geografía. En el fondo de la institución había un museo con animales embalsamados.
Los alumnos trabajaban y estudiaban. A pesar de eso iban bien cambiados, eran chicos que tenían algo sorprendente según la opinión del docente. Se enojaban cuando no podían ir en vacaciones o en días de lluvia.
Boletín de Novedades Diciembre 2016