Boletín Confección Colombia - 014 - 6 de diciembre de 2019 | Page 2
COLUMNISTA INVITADA
LA PROTECCIÓN DE LA MODA POR LA
PROPIEDAD INTELECTUAL
POR: BRENDA SALAS PASUY*, ABOGADA DE LA U. EXTERNADO DE COLOMBIA
AUTORA DEL LIBRO “LA MODA Y LA PROPIEDAD INTELECTUAL” | [email protected]
La moda es uno de los factores más dinámicos de la economía
mundial. Su valor estimado representó para el comercio global una
cifra de 3 trillones de dólares en el año 2018, es decir, el 2% del
Producto Interno Bruto Global. En ese contexto, Colombia realizó
exportaciones a Estados Unidos, Ecuador, México, Perú y Costa
Rica. Se propone conquistar nuevos mercados, para ello ha suscrito
15 tratados de libre comercio en los que la moda forma parte de
uno de los capítulos relevantes de las exportaciones colombianas.
En el entorno local también desempeña un rol fundamental. Como
parte de los sectores que integran la economía naranja, su objetivo
es de contribuir a la generación de empleo y riqueza en el país. Para
cumplir dicho fin la inversión en capital humano, la educación, el
establecimiento de un marco jurídico adecuado, beneficios
tributarios, fuentes de financiación, estrategias comerciales y
políticas gubernamentales que orienten los procesos legislativos
son indispensables para que la economía creativa en que se inserta
la moda sea exitosa.
Colombia se caracteriza por ser un país de diseñadores que
promueven la innovación y el desarrollo a través de la industria de
la moda. Esta se produce gracias a la intervención de varios actores,
en particular, los diseñadores independientes, artesanales y
aquellos que reflejan la tradición y cultura de un pueblo
determinado. De la misma manera, participan grandes cadenas,
casas de alta costura y empresas mundiales que deslocalizan su
producción.
La moda es un sector creativo que refleja el esfuerzo y el talento
del diseñador. La innovación en el desarrollo de prendas de vestir
y accesorios de moda constituye su fuente de inspiración. El
desarrollo de vestidos inteligentes, la nanotecnología, el uso de las
impresiones 3D o de las materias primas amigables con el planeta
son sus nuevos retos.
En ese panorama, el talento de los diseñadores vertidos en una
prenda de vestir desafía al ordenamiento jurídico en la definición
de un esquema de protección. Justamente, al observar al régimen
se distingue que la propiedad intelectual es la disciplina a la que
recurren los diseñadores para proteger sus creaciones.
La particularidad de la moda es que se caracteriza por ser
transversal a todos los derechos de propiedad intelectual, es decir,
a los derechos de autor y a la propiedad industrial. Así pues, los
creativos de esta industria tienen varios caminos para tutelar sus
diseños. Sin embargo, las normas que protegen la apariencia
manifestada en un conjunto de líneas, trazos, colores o texturas
reflejadas en vestidos, pantalones o zapatos son las pertenecientes
al diseño industrial. A título de ejemplo, nótese que bolsos o
carteras pertenecientes a la casa de moda Bulgari, así como la
camiseta de la selección Colombia de la marca ADIDAS fueron
protegidos a través de esta figura.
Los empresarios de la industria de la moda también pueden recurrir
a las marcas y las patentes. En relación con las primeras debe
advertirse que los diseñadores frecuentemente utilizan sus
nombres como marcas. Casos como el de Mercedes Campusano o
el de Coco CHANEL confirman lo expuesto. Pero, los creativos de la
moda buscan extender la protección marcaria a otros elementos
como el color, la forma o la textura. Piénsese en la marca de color
Blue Hue o Pantone 1837 de la casa Tiffany, o, en la forma de los
zapatos CROCS protegidos como marca tridimensional. En lo que
concierne a las segundas, es decir, las patentes, puede afirmarse
que las prendas de vestir que integran nanotecnología, electrónica
e incluso robótica pueden recurrir a este derecho cuando
satisfagan las exigencias previstas en la ley para tal fin.
Ahora bien, la industria de la moda enfrenta desafíos: la piratería,
el contrabando y la inteligencia artificial. En esa orientación, el reto
para la moda colombiana a la luz de la propiedad intelectual es el
de establecer un régimen adecuado de protección pues esta se
concibe como un instrumento de riqueza y competitividad en el
marco de la economía globalizada.
*Abogada. PhD en Derecho Privado de la Universidad Paris II Panthéon-Assas. Máster en Derecho
Privado de la misma universidad. Especialista en Propiedad Intelectual. Actualmente docente-
investigadora del Departamento de la Propiedad Intelectual de la Universidad Externado de Colombia.