BOLETÍN N°36 DE LA SACRAMENTAL DE SANTA MARTA. LOS MOLARES. 2019 BOLETÍN 36 | Page 8
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Santísimo Sacramento y Santa Marta - 2019
SIN AMOR... TODO ES NADA
“...Cuando oía a algunas personas decir que quisieran haber vivido
en el tiempo en que andaba Cristo en el mundo, me reía,
pareciéndome que teniéndole tan verdaderamente en el Santísimo
Sacramento, ¿que más les daba?...”.
Cartas de Santa Teresa de Jesús.1563
A menudo es fácil comprobar lo complicado que es ver lo que ante nuestros ojos
se presenta. Tan sencillo y tangible, que nuestra mente no logra verlo, ni siquiera
intuirlo. Nos apresuramos a desmigar lo más complejo, aquello que necesite una
explicación y aplicar nuestro intelecto y obviando lo que, sin necesidad de
convencimiento, es la realidad esencial.
Dios nos ha dotado de la inteligencia para que
hagamos uso de ella para el común beneficio de
todos en este mundo, consiguiendo con ello que
lo terrenal, sea un poco más parecido a lo
celestial. Pero de igual manera, nos ha dotado de
corazón, para que este, sea sensible a lo que al
razonamiento escapa. Todos conocemos aquello
de ...déjate guiar por tu corazón..., una frase que
bajo la apariencia de la sencillez, acumula el
pensamiento ancestral del hombre. Ante lo que
no ves, deja que el corazón te enseñe.
Al hilo de todo esto se presenta ante nosotros
Jesús Sacramentado. Sencillo, desprovisto de todo aquello que pueda distraer
nuestra atención. Hablándonos sin boca; mirándonos sin ojos; abrazándonos sin
manos; escuchándonos sin oídos; aliviándonos sin tocarnos. San Josemaría Escrivá
de Balaguer lo describió a la perfección “Ahí lo tienes. Es Rey de Reyes y Señor de
Señores. Está escondido en el Pan. Se humilló hasta esos extremos por amor a ti”.
El sagrario se abre cual puertas del Cielo y entronizado en la custodia, Jesucristo
se nos revela y nos ofrece así un lugar junto a Él.
Ante el Santísimo Sacramento del Altar es donde nuestro corazón juega su
principal misión, hacernos ver, oír y sentir a Cristo físico y real. Así como la Santísima
Virgen María lo llevó en el seno; como los Santos experimentaron en sus vidas;
como nuestros antepasados lo vieron cuando partieron a la Casa eterna. Cristo
eterno y atemporal. Único y verdadero.
Nuestra Parroquia de Santa Marta nos ofrece la oportunidad de postrarnos ante
este manantial de agua purificadora cada primer Viernes de mes, así como los
jueves eucarísticos que desde hace varios años, nuestra Corporación se afana por
ofrecer a todos aquellos que deseen encontrarse y descansar junto a Él.