Las posibilidades para el retiro médico son amplias, en
términos de desarrollo personal, como: áreas de enseñanza,
investigación, administración, política, gestión de proyectos
especiales, liderazgo en grupos de trabajo, asesoría a
instituciones civiles, coordinación de asociaciones, etc.
Es recomendable realizar esta transición cuando se goza
de buena salud, se mantienen en ejercicio todas las
capacidades, la situación financiera es estable, así como el
entorno familiar.
Lo que muestra un análisis sistemático en el campo médico,
es que el retiro promedio es entre los 60 a 69 años. El retiro
temprano está condicionado por una carga excesiva de
trabajo; y el retiro tardío, por compromisos financieros.
Con estos antecedentes, habremos de estar alerta de
indicadores que nos sugieren trabajar esta etapa de retiro.
Datos que alertan iniciar la transición al retiro
médico
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No querer trabajar, por desgaste / estrés
Autocrítica: detectar falta de competencia (actualización, certificación)
Estar en riesgo para quejas, demandas o alcance a la familia o patrimonio
Tener otro proyecto de vida determinado
Contar con un estado de salud que limite capacidades
Alta demanda de atención de los pacientes y un bajo umbral de
tolerancia
• Pobre consulta médica
BIBLIOGRAFÍA
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