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La relación médico-paciente
Dr. Bernardo Tanur Tatz
Director Corporativo de Calidad Médica del Centro Médico ABC
Es bien sabido que los primeros intentos de curación del ser humano
se remontan a la prehistoria. Cuando había dolor se utilizaban los
medios al alcance, que aunque primitivos e incipientes, muchas
veces eran lo suficientemente efectivos para quitar el dolor o la
hemorragia, como el calor, el frío, el fuego, la tierra y algunas plantas.
Nadie duda de los progresos que la tecnología ha proporcionado a
la medicina, pero ni los medios modernos, pasados o futuros podrán
sustituir la relación médico – paciente. El ejercicio de la medicina
con profesionalismo, ética y humanismo consigue con mayor éxito,
frecuentemente, la restitución de la salud física y mental.
Entre los muchos que se dedicaron a curar en la antigüedad, la
historia destaca a Hipócrates, quien dejó enseñanzas invaluables
a través de sus aforismos, que son hasta la fecha de gran valor
para la medicina.
Por el contrario, si la relación médico - paciente se torna distante, con
obligada limitación de tiempo, burocrática e impositiva por dueños,
técnicos, empresarios y todos aquellos ajenos a la sensibilidad, filosofía
y carisma del que ejerce con amor y vocación el arte hipocrático, la
medicina se deteriora, se deshumaniza y se mercantiliza.
Desde entonces, la necesidad de comunicación directa entre el
médico y su paciente es vital y para ello, se debe contar con el tiempo
para poder escucharlo. En la época de Hipócrates, escuchar era la
base fundamental de la relación médico – paciente y así comprender
su enfermedad.
La era en la que vivimos exige obtener mayores ingresos en menor
tiempo, lo que propicia que muchos profesionales de la salud
ofrezcan un mínimo espacio de consulta sin proseguir al estudio
completo e integral del paciente.
Sin embargo, a través de los siglos, el tiempo se ha reducido en tal
forma, que ahora, en muchas instituciones públicas o privadas, ya
no se le otorga la escucha demandante a cada consulta, el tiempo
necesario para expresar en fondo y forma sus problemas de salud.
Debe existir un mejor sistema, más equilibrado y honesto donde no
intervengan los intereses médicos o de las instituciones, sino que se
tome en cuenta los intereses del paciente. Es una forma de recuperar
la humanización de la medicina y no convertir al paciente en un
simple expediente.
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