van?), hacia arriba Wirakocha espera, y la chacana y el tinkuy nos hacen
recordar el encuentro de todas las direcciones, de todas las aristas, de todas
las existencias.
Dos amarus resguardan y viajan a través de estos mundos, como si su
separación solo fuera una ilusión, y lo es, dos serpientes aladas con sus ojos
siempre atentos y vigilantes, de principio a fin.
Un poco de todo es este mural: orden y mundos, ilusión y existencia.
Priman los colores cálidos, y las iconografías geométricas, como un mate
burilado, son parte de su composición.
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