La primera pasta de dientes data de la época egipcia, es decir, de hace algo más de 4000
años. Se le conocía con el nombre de “clister” y estaba elaborada a base de polvo de sal,
pimienta, hojas de menta, flores, uñas de buey y cáscara de huevo, entre otras sustancias.
No fue hasta el siglo XIX, concretamente en 1896, cuando el doctor Washington Wentworth
Sheffield empezó a comercializar en Estados Unidos el tubo de dentífrico tal y como lo
conocemos hoy en día. Una más de las curiosidades de los orígenes de la odontología.