El Rey Pepe no tuvo conflicto y se consiguió otra esposa, era bella, la más bella, más nunca pensaba en nadie más que ella, era demasiado egoísta, y traía con ella un espejo mágico que le decía toda la verdad.
La ahora madrastra de Blanca Flor de las Nieves llamada Hendarmel, siempre le preguntaba una cosa, una sola cosa a su espejo:
- ¡Espejito, espejito de mi habitación!, ¿Quién es la más bella de ésta región?
- La reina es la más hermosa de esta región - respondía siempre el espejo.
Por supuesto que ella se quejó de el limitado espacio de la casita del árbol, pero no tardó en adaptarse al ambiente.
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