Blablerías N°2 - Marzo 2013 | Page 6

Viajes

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CUENTA HABANA

EN HOLGUÍN Y LA HABANA

por Lili Bassi

Llegamos a Holguín el 5 de febrero y la noche del 6 ya pusimos en marcha las noches temáticas.

La primera fue la noche blanca, con el amor en todas sus expresiones y la música en vivo de un cuarteto que nos acompañó en el escenario junto a la pileta del hermoso Hotel Las brisas. El detalle: las narradoras vestidas de blanco. Según Adriana Pereira, fue una noche de paz.

La segunda noche fueron “Los cuentos que trae el viento”, donde estábamos todos de negro con antifaz y abanico. Rosa Aiello comentó que las máscaras permitían que la imaginación de los narradores y de los oyentes volara como el viento y transmitían misterio. Fue una verdadera fantasía escénica.

En la tercera noche, los “Cuentos en la arena” tuvieron a los oyentes sentados en la playa y a los narradores vestidos en tonos azul celeste. La proximidad del mar hizo renacer a los personajes y a la magia que habita sus aguas. Para María del Carmen Luis fue “una noche suelta”.

La última noche se presentó de gala, con todos los narradores vestidos para esta ocasión especial, de cuentos en un fogón de amigos y de despedida, una noche de sueños y de espiritualidad.

Cada atardecer fue una auténtica sorpresa.

Dejamos Las playas de Guardalavaca en Holguín

y volamos con los cuentos a La Habana.  Nos esperaban cinco días de jornadas, talleres e intercambios culturales.

A todo le pusimos ritmo, ese ritmo de Cuba que penetra en el cuerpo cuando la recorremos, cuando miramos el color turquesa de sus aguas desde el Malecón. Me sentí protagonista de

"Habana ", una película que no dejé de recordar. Autos del 55, bicitaxis y cocotaxis ruedan por las calles mientras las maracas y los tambores suenan al ritmo de punto cubano.

Fueron días agitados, de presentaciones (organizadas por las directoras del Cuenta Habana, Elvia Pérez y Ana Cecilia Herrera) e intercambios entre los chicos argentinos de La cigarra  y los cubanos de La colmenita.. En los ratos libres, aprovechamos para recorrer cada rincón de la ciudad. Hasta disfrutamos de la noche cubana: cuatro narradoras fuimos, bajo la lluvia inesperada,  a recorrer boliches. Música en vivo, tragos, y personajes como un señor gordísimo que fumaba puros sin parar fueron el comienzo de nuestra aventura..Continuamos la noche cenando en el Havana Café con ricos mojitos. Finalmente, en el Jazz Café, daiquiri y champagne mediante, con el ritmo de Guantanamera, Bachata Rosa y Yolanda, bailamos bonito y sabroso, mientras pensábamos que “quizás, quizás, quizás…“ otro año, volveremos a La Habana.

* 6

CANTO A

MI CUBA

Cruz Isaac