Blablerías N°15 - Julio 2015 | Page 4

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LA CASA

de Marta Elena Guzmán

Tuve que entrar quitándole los ayes

haciendo oído sordo a los adioses

como si no fueran suficientes

mis impávidos fantasmas.

Reconocernos

en el territorio primerizo

de la lágrima

desde la ribera maternal

de los almuerzos.

En las manos con humo

de la tarde

sus pájaros se buscan con los míos.

Y cuando el frío se amontona

bajo la trémula ceguera

de la noche

hallo refugio en sus blancas

paredes de harina.

Sé entonces que el rosal

es un cumplido

un exorcismo

que desclava los hechizos.

Poesía

Volviendo a casa por Raúl Di Blasio