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Enero 15 2015
JUAN MONTAÑA
Me preguntaba cómo sería este año nuevo, con cual de mis compañeros me llevaría mejor, quien perdió el año anterior y todo tipo de preguntas con relación a un nuevo año que empieza y que para un niño de 7° grado es muy excitante pues siempre empezar el colegio es una experiencia maravillosa e intrépida, nuevos profesores, nuevos compañeros, olvidar a quienes no pudieron ascender de grado, nuevos temas y nuevas dificultades pues con cada año que pasa, existe más complejidad en lo que se va a ver en el año escolar, pero bueno, al menos me decía "ya conozco la dinámica de trabajo de mi colegio y soy un buen estudiante, además conozco a mis profesores, tengo buenos compañeros y me gusta mi colegio, qué más puedo desear" pero al fin y al cabo no todo es como lo planeamos pues esto cambiaría en muy poco tiempo, pues al empezar febrero mi madre después de que llegué de mis primeros días de estudio, hijo, te conseguí otro colegio, es una de los mejores de todo Medellín, debo admitir que esta información fue como un balde de agua fría sobre mi cuerpo, pues, de todas las cosas que pudieran pasar a lo largo de ese año y a lo largo de toda mi vida escolar esto era lo que menos me esperaba, ya que creía me iba a graduar en el colegio en el que en ese entonces estudiaba, cuando mi madre explicó que muy posiblemente me quedara sin cobertura para ese colegio intenté razonar y entender a la preocupación de mi mamá, que por mi bien encontró un lugar para mí, recuerdo a mis padres hablándome y diciendo que es muy prestigioso y que tiene muchas oportunidades para mi futuro y mayores posibilidades para pasar a la universidad que en ese tiempo no era una de mis preocupaciones, sinceramente yo solo pensaba en quedarme con mis amigos y jugar con ellos, me negué a esta decisión y me cerré a toda posibilidad de cambiar, como dicen algunos "le tenemos miedo a lo que no conocemos" y eso era justamente lo que me pasaba, ¿para qué cambiar? Afortunadamente mi madre me obligó y sin más discusión al siguiente día fuimos a la sede de ese entonces, en el camino me imaginaba una gran entrada, lujosa, impecable y muy costosa, con jardines alzándose por toda la fachada y con un gran letrero en piedra tallada diciendo el nombre del colegio pero al salir del taxi y encontrarme con una entrada humilde, un poco descuidada y desorganizada pensé "mi madre se equivocó al traerme aquí" e inmediatamente protesté diciendo que nos fuéramos, que en el actual colegio estábamos bien y que yo podría ser un gran profesional pero ella no prestó atención a mis palabras y simplemente entró y directamente fue a secretaría donde le dijeron que esperara a la rectora pues no había llegado y los dos teníamos que hablar con ella,