BIPOLAR FANZINE | Page 35

Qué fácil es recurrir a las entrañas cuando no sabes ponerle nombre al dolor que sientes. Porque dices “sangre, madre, muerte” y la gente se estremece. Dices “mientras dormías tu novia perfecta lloraba pensando en la llegada inminente y provocada de su propia muerte” y la gente lo siente. Lo difícil es decir “televisor, coche, cepillo de dientes” y que la gente entienda más allá del nombre, de la imagen, de la propia gente. Que la gente entienda que cuando digo “salsa” digo “escapatoria” y que cuando digo “cerveza” busco “horca”. Lo complejo es decir “deja de sacarte la pelusa del ombligo y deja de mirarla como si fuese tu hijo porque tu hijo es esto que está aquí y más vale que te acuerdes de mi próxima regla si no quieres perderme”. Mierda, he dicho regla, he dicho sangre, he dicho muerte. Y eso la gente lo entiende. No puedo decir la verdad porque entonces se creen que mientes. Y cuando miento, se sorprenden. Y si miento es para no decir que soñaste conmigo una noche cuando me pediste que me quedara y me quedé, porque siempre me quedo, mordiendo cristales para evitar salir corriendo. Porque siempre me quedo haciendo creer que miento. Y no miento pero lo que hago es callarme y nunca digo “mi sangre, mis dientes, mi vientre” porque eso es lo único que la gente comprende. 34