Campismo Ilustrado
Técnica en nudos, amarres,
construcciones y astucias …
Un clásico de la literatura scout
…mi reloj marcaba las 3:00 am, el Jefe
Enrique
nos
alcanzaría
en
el
campamento después de su trabajo…
¡Esta tienda está mal puesta! –rugió la
voz del Jefe Brito opacando el sonido de
la fuerte lluvia, y pensamos que los
rayos y relámpagos salían del propio
Enrique. De dos patadas sus botas
mineras hicieron saltar dos estacas
frontales y la tienda de los Delfines se
vino abajo en pleno aguacero… Desde
nuestros sarapes (a falta de sleepings)
escuchamos las vacas empapadas de
nuestros compañeros, titiritando de frío,
protestando entre dientes mientras
tendían correctamente los cordones de la
casa de campaña, mojados hasta los
huesos y castañeando los dientes.
Enrique
Brito Zaragoza
El jefe Brito forjaba nuestro carácter a
golpes de mazo sobre el yunque de la
vida. Su influencia fue determinante en
nuestras vidas. Nos ayudó a distender el
sentimiento y endurecer el cuerpo físico;
a admirar la obra de Dios en la
naturaleza y a dar sin medida sin
esperar nada a cambio.
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