CAMILO MINERO
El pintor Camilo Minero, uno de los más reconocidos artistas de El Salvador, falleció en la noche del
viernes 6 de mayo a los 88 años en su residencia en San Salvador a causa de un paro cardiaco
según informaron sus familiares.
Nacido el 11 de marzo de 1917 en Zacatecoluca (La Paz, centro), en el seno de una familia campesina,
Minero militó en el Partido Comunista Salvadoreño, lo que le obligó a vivir varios años en el exterior.
El pintor regresó al país después de la firma de los Acuerdos de Paz firmados en 1992 entre el
Gobierno y la entonces guerrilla para terminar con 12 años de guerra civil.
Fue un pintor comprometido con su clase y con su tiempo. “Yo busco el realismo y lo figurativo, no
me interesan otros discursos. Yo pinto al pueblo, a los trabajadores, a los niños panzones que cami-
nan en los mercados, ahí encuentro yo la belleza”, señaló en una reciente entrevista a La Prensa Grá-
fica. “No me fijo en la visión de la burguesía, esa que pinta únicamente los árboles, los paisajes, los
atardeceres. Es hermoso, sí, pero mi obra es de crítica a la pobreza que aún tenemos en este país.
En sus cuadros predominaba el amarillo, “el color más cálido y con el que más me identifico”,
comentaba. “Ese color me alegra el espíritu sobremanera”. Enfermo de Parkinson en los últimos años,
siguió pintando mientras pudo.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA), Federico Hernández,
manifestó ayer que “generalmente cuando se da un deceso siempre hablamos de pérdida, pero en el
caso particular de Camilo Minero, un pintor de su talla, realmente nunca se pierde, siempre se queda
aquí”. Consideró que Minero como pintor “era un hombre muy comprometido con la realidad
salvadoreña; él trataba de plasmar en sus cuadros la realidad que veía y amaba. Él siempre dijo que
veía belleza donde otra gente veía pobreza o indignidad”. “Era un artista realmente integral”, ya que
“sabía de poesía, teatro y disfrutaba la música”.